El Instituto Reuters publicó recientemente su Digital News Report, el informe más importante sobre tendencias en el periodismo. El estudio afirma que los podcasts se han convertido en otro canal importante para que los medios logren lealtad de su audiencia. Asimismo, marca que la proporción que usa este formato de audio para mantenerse informado creció significativamente en el último año y que los oyentes tienden a ser más jóvenes.
Por el aislamiento social obligatorio por el coronavirus, la escucha de podcasts disminuyó hasta en un 20%. Tal como se describe en el reporte, se trata de “un recordatorio de cómo los podcasts se han convertido en hábitos de viaje y otras actividades fuera del hogar”.
En ese contexto, Radio Ambulante Estudios lanzó en marzo, en plena pandemia, su nueva producción: El hilo, un podcast narrativo semanal que cubre las noticias más importantes de América Latina y el mundo. Es la segunda producción de esta productora, tras el éxito que significó Radio Ambulante, el podcast presentado por el escritor peruano Daniel Alarcón, que fue pionero en contar historias latinoamericanas en formato de crónicas radiales de largo aliento y se convirtió en un faro entre los podcasters.
En El hilo, los periodistas Silvia Viñas y Eliezer Budasoff, sus presentadores, hablan con reporteros y protagonistas para profundizar en las historias que impactan a la región y, de ese modo, ayudan a entender las noticias más allá de los titulares. “En cada episodio, que sacamos al aire los viernes, nos enfocamos en una noticia del momento y la profundizamos en dos segmentos”, especifica Viñas, productora ejecutiva de El hilo.
Silvia trabajó desde 2013 en Radio Ambulante, donde fue productora y editora de más de 100 historias, varias de las cuales han sido galardonadas tanto en Latinoamérica como en Estados Unidos, incluyendo “La noche más larga” (nominada al Premio Gabo 2019), “Doctor, ¿esto es normal?” (ganadora del Premio Nacional Simón Bolívar en 2017) y “Cassettes del exilio” (ganadora del premio Richard H. Driehaus en el Third Coast Festival 2017). Su especialidad es el audio narrativo, sobre todo cuando son temas de política, inmigración, derechos humanos y género.
Después de varios años en ese proyecto, Viñas —junto con el resto del equipo ejecutivo— notó la necesidad de contextualizar y explicar las noticias de Latinoamérica. “Nuestra región es compleja y está en constante cambio, pero no existía un proyecto narrativo en audio que ayudara a entender los titulares más importantes”, señala Viñas en diálogo con el Laboratorio de Periodismo.
En sus primeros tres meses al aire, El hilo ya superó las 620.000 descargas y mantiene un promedio de 19 mil usuarios semanales. Los episodios, que suman 13 en total, se escuchan en todo el mundo, pero los países con más descargas son Estados Unidos, México, España, Perú y Colombia. En los próximos meses, adelanta Viñas, El hilo seguirá cubriendo la pandemia de COVID-19 y otras noticias urgentes de la región.
(P) ¿Pensaron El hilo como un producto de calidad que iba a generar su propia audiencia o a atender una necesidad de una audiencia?
(R) Es un poco ambas cosas. Creíamos que muchos oyentes de Radio Ambulante iban a irse naturalmente a El hilo, porque en encuestas nos han dicho que quieren más podcasts como Radio Ambulante en español. Pero también pensamos que estamos llegando a una audiencia nueva que quizá le gusta escuchar cosas más noticiosas.
(P) El podcast se llama El hilo por el recurso de Twitter. ¿Qué características toma de las redes sociales?
(R) Más que de las redes sociales, de los hilos explicativos. Cuando tú encuentras un buen hilo en Twitter y lo compartes es porque te enseña algo nuevo y te da una perspectiva sobre algo que no ves en otro lado. Esos son los mejores hilos, los que la gente suele compartir. Y eso queremos que sea cada episodio de El hilo: algo nuevo, interesante, una perspectiva que tal vez no has visto antes o un tema o noticia en profundidad. El nombre también es la idea de un hilo conductor. Cada episodio tiene un hilo conductor, un enfoque que mantenemos.
(P) A diferencia de otros podcast de actualidad, en El hilo eligen un tema por semana. ¿Con qué parámetros lo seleccionan?
(R) Varios. Ahora que estamos empezando, tenemos una lista grande de cosas que nos gustaría cubrir. Pero tratamos de variar y no repetir países muy pronto. Lo que siempre nos preguntamos es cuál es la noticia más grande ahora. Hoy nuestra respuesta podría ser “coronavirus”. Pero, por ejemplo, la semana que decidimos hacer el episodio sobre Guayaquil teníamos otro tema en mente. Pero llegamos a la reunión y dijimos: “No, esto es lo que es más grande ahora”. Se estaban disparando los casos de coronavirus, empezaron a salir las noticias de los cuerpos en las calles. Eso era más urgente. Hay semanas en que pasan cosas así. También hay otros temas que no son tan urgentes y que los queremos cubrir porque a nosotros nos causa curiosidad y queremos aprender más. Y pensamos que a nuestra audiencia le aportará algo nuevo.
(P) ¿Cómo se conforma el equipo y cuántas horas de trabajo le dedican a cada episodio?
(R) En el equipo somos 10 personas. Siete nos dedicamos a hacer el episodio y los otros tres se encargan más del negocio, hacen engagement, se comunican con Acast (la plataforma que distribuye el podcast) y todo el trabajo de métricas. A veces tenemos ayuda de alguien de Radio Ambulante para realizar un episodio. Los jueves tenemos la reunión para pensar en varios temas. Luego de elegirlo, hacemos las entrevistas durante el fin de semana. Y después los lunes y martes armamos el episodio. Son muchas horas. Además, consiste en estar muy pendiente de lo que está pasando.
(P) El Hilo es de actualidad pero conserva el periodismo narrativo. ¿Cómo lograron sostener eso con las limitaciones para hacer entrevistas personalmente?
(R) Las entrevistas que hacemos con Eliezer (Budasoff, presentador) son virtuales. A veces, el periodista que entrevistamos justo hizo una entrevista y podemos usar el audio. Pero en general, es todo virtual. Por ejemplo, en el episodio de Venezuela, en el que contamos la historia de un hombre venezolano que decidió volver al país caminando desde Ecuador, todo el audio son notas de voz de él que le envió a Mariana (Zúñiga, a cargo de la reportería). Ella logró entablar una relación de confianza. Eso para nosotros es una lección. Hay gente que se siente más cómoda mandándote una nota de voz que en una entrevista. Es una oportunidad para aprovechar la tecnología, ser más creativos y pensar en maneras donde podemos contar historias y profundizar noticias. Y tener también este elemento de crónica y de estilo narrativo para cosas del momento.
(P) Una vez que tienen el episodio terminado, la distribución es la que puede hacer la diferencia en términos de alcance.
(R) Eso es súper importante. Nosotros vimos la posibilidad de aliarnos con otros medios, porque eso ya te trae una audiencia. Pero al final decidimos hacerlo en forma independiente. Nosotros nos preguntamos qué plataforma usar. Y en los detalles se ve la diferencia. Elegimos hacerlo con Acast, que justo abrió su primera oficina en Latinoamérica, en México. Nos pareció una buena oportunidad. Una vez que subimos el episodio y se publica en la plataforma, se lanza a todas las demás (Apple Podcasts, Overcast, Stitcher, Google Podcast, Spotify). Aparte está nuestra página, donde tenemos el player para reproducir los episodios. Esto es muy importante para los que están haciendo su propio podcast. No es solo hacer un episodio, hay que pensar en todo lo que hay que desarrollar, decidir en qué plataforma ponerlo, cómo distribuirlo, cómo promocionarlo en redes.
(P) ¿Cómo ves la industria del podcast en Latinoamérica?
(R) Está creciendo mucho. Es súper emocionante ver que hay muchos estilos y enfoques. Ahora se están viendo más podcast como serializados, que cuentan historias bien a fondo en español. También se ve que los medios están apostando por el podcast noticioso diario, como El Tiempo en Colombia o La Tercera en Chile. Vimos el crecimiento en Estados Unidos y ahora lo vemos unos años después en Latinoamérica. Incluso ahora con la pandemia han surgido nuevos podcasts. Creo que tanto la calidad como la creatividad van mejorando. Para mí es emocionante.
(P) ¿Tenés para recomendar algún podcast que te guste de Argentina y de España?
(R) De Argentina escuché los de Anfibia. Están muy bien. Son una mezcla de cosas que están pasando urgentes y en una perspectiva nueva. Me gustan en particular El deseo de pandora y Muy en una. Edición coronavirus. Y de España, uno de mis favoritos es Volver, la serie que hizo Carola Solé sobre el movimiento independentista en Cataluña. Y también me gusta el podcast El teléfono rojo, que hace Ignacio Vázquez, un chico muy talentoso.
(P) ¿Qué consejo les darías a los medios de América Latina que quieren incursionar en el podcast?
(R) Mi consejo sería que le den el espacio y los medios que requiere. A la vez, soy muy consciente de que ahora es un momento muy difícil para todos los medios para apostar a un producto nuevo y darle los recursos que necesita. Hacer un podcast bueno, noticioso, toma mucho tiempo. Requiere ser realistas en que va a tomar tiempo, se necesita contratar un equipo, que se le pueda pagar bien, que puedan dedicarle las horas que requiere. Si van a embarcarse en esto, tienen que saber que no es fácil, es algo que toma tiempo, y que requiere recursos para ser exitoso y para destacarse del resto.
(P) El gran desafío que tienen los medios es cómo hacer que estos proyectos sean sustentables.
(R) The Daily, en Estados Unidos, es el mejor ejemplo en estrategia de negocio del podcast. Básicamente muestra el periodismo de The New York Times de otra manera. Resaltan el mejor periodismo del medio en formato de audio. Creo que es una gran oportunidad de mostrar el periodismo que están haciendo de otra forma, de llegar a lectores jóvenes, que quizá no están comprando el papel o visitando los medios tradicionales. Un podcast puede ser una manera de llegar a ellos, porque son la audiencia que más escucha podcasts. Es una gran oportunidad. Y hay muchos ejemplos que demuestran que el podcast sí le aporta valor a un medio.