La proliferación de noticias falsas, alimentada por la velocidad de las redes sociales y la ausencia de regulaciones efectivas en muchas plataformas digitales, se ha convertido en un desafío global para la democracia y la convivencia.
Las llamadas fake news, combinadas con algoritmos que priorizan la viralidad sobre la veracidad, han generado un entorno informativo en el que rumores, teorías de la conspiración y manipulaciones intencionadas pueden alcanzar una difusión masiva en cuestión de minutos.
En este contexto, resulta imprescindible dotar a la ciudadanía, y especialmente a las generaciones más jóvenes, de herramientas que les permitan distinguir entre información fiable y contenidos engañosos.
Los medios de comunicación, como actores fundamentales en la construcción de una sociedad informada, tienen la responsabilidad de desempeñar un papel activo en esta tarea.
Más allá de informar, deben contribuir a educar a las nuevas generaciones en el análisis crítico de los contenidos que consumen. Un ejemplo destacado de esta implicación es el trabajo realizado por el diario francés Ouest-France, que desde hace dos años tiene un proyecto de alfabetización mediática y organiza conferencias en colegios e institutos para formar a estudiantes en la detección de noticias falsas.
Periodistas de Ouest-France intervienen de forma regular en centros educativos de toda Francia, impartiendo sesiones que tienen como objetivo sensibilizar a estudiantes desde 6º de Primaria hasta Bachillerato y ciclos de formación profesional. Las conferencias, que duran entre una hora y media y dos horas, incluyen una explicación detallada sobre cómo identificar una información fiable y desvelar las técnicas utilizadas en la creación de noticias falsas.
Estas sesiones combinan ejemplos prácticos con el testimonio directo de los periodistas sobre sus experiencias y prácticas en el ejercicio diario de su profesión. Además, se dedica un espacio al diálogo con los alumnos para resolver dudas y fomentar un pensamiento crítico frente a las informaciones que consumen, especialmente en redes sociales.
Un esfuerzo coordinado con el sistema educativo
Las actividades se realizan generalmente en los propios centros escolares, impulsadas por los profesores o los responsables de los centros de documentación. Estas iniciativas se integran dentro de los programas de Educación en Medios e Información (EMI) que el sistema educativo francés promueve para que todos los estudiantes desarrollen competencias mediáticas esenciales. En algunos casos, las sesiones se combinan con visitas a la redacción de Ouest-France en Rennes, lo que permite a los estudiantes conocer de primera mano el funcionamiento de un medio de comunicación profesional.
El papel del periodista no reemplaza al del docente, sino que lo complementa. Los periodistas aportan su experiencia directa en el tratamiento de la información y profundizan en un trabajo de alfabetización mediática que los profesores suelen iniciar en el aula.
Ouest-France ha sido pionero en adoptar medidas para combatir estos problemas. Además de sus programas educativos, el diario tomó la decisión de abandonar la plataforma X (anteriormente Twitter) y lo justificó en la ausencia de regulaciones adecuadas que limitasen la difusión de mensajes de odio y desinformación.
Los docentes interesados en estas conferencias pueden inscribir a sus clases a través de la plataforma Adage, gestionada por el Ministerio de Educación francés, y accesible mediante el programa cultural nacional Pass’culture.
Estas actividades, abiertas a todos los centros educativos, se presentan como una herramienta eficaz para dotar a los jóvenes de habilidades esenciales frente a los retos informativos del siglo XXI.