El sistema de distribución de la prensa escrita en Francia podría experimentar uno de sus cambios más importantes desde que se creó después de la Segunda Guerra Mundial. El gobierno planea reformar la conocida como Ley de Bichet y presentar un nuevo proyecto de ley en noviembre.

Desde su creación en 1947, esta ley ha regido la distribución de los periódicos y revistas impresas en territorio francés, aunque con disparidad de opiniones, sobre todo en los últimos tiempos. Tiene sus defensores, que indican que ha dado estabilidad al sector y pluralidad, y otros que la acusan de prácticas monopolísticas a través de la sociedad comercial Presstalis, heredera directa de Les Nouvelles Messageries de la Presse Parisienne (NMPP).  De una forma u otra, los cambios que está experimentando el sector han movido al gobierno a plantear una reforma que acerque más el modelo a la realidad imperante, publica Les Echos.

La ley de Bichet nació después de la guerra y pretendía que los distribuidores no tuvieran la potestad de elegir qué periódicos poner a la venta y cuáles no: todos los ciudadanos debían poder elegir libremente qué periódico querían elegir para evitar que algunos grupos pudieran controlar a la opinión pública.

Por lo tanto, desde abril de 1947, los distribuidores de prensa no pueden elegir los títulos que venden, al contrario por ejemplo que los libreros.

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El gobierno francés había pedido meses atrás a Marc Schwartz, Maestro del Tribunal de Cuentas y conocedor de la realidad actual del sector de prensa, que realizara propuestas para una revisión de la historia del sistema de distribución de prensa.

Un “derecho a ser distribuido” para periódicos

En su informe, presentado recientemente al gobierno y que es actualmente objeto de una consulta pública , Marc Schwartz recomienda primero en establecer un “derecho a ser distribuido” para todas las empresas de medios de comunicación.

Hasta ahora, el sistema de distribución de la prensa estaba organizado principalmente en cooperativas. Pero si bien esta lógica ha tenido efectos positivos, también ha creado conflictos de interés. “Los editores de prensa son tanto accionistas como clientes de Presstalis y deben arbitrar constantemente entre intereses en conflicto. Esto ya no es defendible “, dice Marc Schwartz.

Este nuevo derecho a ser distribuido estaría acompañado, para las compañías de distribución, de la necesidad de ser aprobados por la autoridad reguladora. “The Parisian”, por ejemplo, que tiene su propia compañía de distribución, Proximy, debería someterse a ella

“Tal sistema supone la firma de contratos con las empresas de prensa. El equilibrio de poder se modifica así, devolviendo la capacidad de negociar a los distribuidores, incluso si tuvieran la obligación de contratar con los editores. Es, en resumen, un modelo bastante similar del sistema de distribución de canales de televisión por parte de los operadores de telecomunicaciones”, indica el artículo de Les Echos.

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La otra medida emblemática es dar más flexibilidad al funcionamiento de la red al permitir que los vendedores de la prensa tengan su opinión sobre la cantidad de títulos ofrecidos en sus estanterías. Ya es posible, pero la ley no se aplica.

Por último, para reforzar la protección especial a la prensa y la información política general (IPG), según el informe, se sugiere introducir en la legislación el principio de la independencia y el pluralismo de la categoría de prensa cuya función es reconocido en democracia

“Conservamos por completo  la ambición original de la ley: garantizar la libertad de distribución de la prensa, que es la esencia del sistema”, dice Marc Schwartz.

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