“Si haces algo con pasión, eso se contagia. Cuando descubrí el periodismo supe que era mi lugar y, aunque tengo una vena técnica y tecnológica muy clara, ya no haría otra cosa que periodismo. Eso es lo que intento transmitir”. Quien cuenta su experiencia es Luis Alberto Martínez, comunicador especializado en Periodismo Digital y Opinión Pública, Premio Nacional de Innovación en Transparencia y profesor en la Universidad Anáhuac Puebla y Cancún.
Martínez asegura que uno de los mayores retos es que los estudiantes encuentren utilidad en el periodismo: “La realidad actual no invita mucho a ser periodista debido a la precarización, violencia, desapariciones y la percepción de inutilidad.”
(P) ¿Cómo intentas revertir ese diagnóstico a la hora de enseñar periodismo?
Martínez: La gente ya no lee noticias y cuando se publica un nuevo informe Reuters, como la semana pasada, estamos tristes y pesimistas otra vez sobre la carrera que elegimos. Pero no bajo los brazos y me concentro en pequeños avances. Por ejemplo, que se involucren con su entorno, más allá de lo digital, que desarrollen su capacidad de observación y atención, cruciales para el periodismo, que sitúen el estado actual de la comunicación y puedan analizarlo críticamente. Ellos ya tienen una idea más clara de lo que quieren hacer y saben contar historias en plataformas como hilos en Twitter, storytimes en TikTok y narrativa en WhatsApp con emoticonos. Mi objetivo es que entiendan cómo pueden usar las técnicas y la ética del periodismo y de las narrativas transmedia para aplicar las bases de la profesión en cualquier área de la comunicación en la que se vayan a especializar.
Luis Alberto señala el móvil y dice: “Es que aquí encuentran todo; entretenimiento, información, economía, placer, humor…es difícil sacarlos de allí y que me cuenten una historia del “afuera”, pero la mayoría de las veces, lo logramos”.
Como muchos de los entrevistados de esta sección, Martínez coincide en que la batalla es por la atención -del usuario, de las audiencias, de los estudiantes-: “A veces siento que entro al aula solo a concientizar: si quieren hacer la diferencia como profesionales tienen que trabajar en mejorar su capacidad de atención, porque el mundo está hecho para distraernos”. Aquí, en México, donde transcurre esta entrevista, usan una expresión muy gráfica para dar cuenta de la multiplicidad de estímulos a los que estamos atentos: “No puedes prestarle un ojo al gato y otro al garabato”.
“Se ha hecho tal exacerbación del multitasking que como sociedad nos comimos esa trampa de que puedes hacerlo todo; eso implica recibir información fragmentada. Lo veo en los exámenes porque apunto a lo que he dicho en clase, o sea que su nota depende de los apuntes que han tomado en la libreta. Ahí es donde ellos se dan cuenta de que no pusieron tanta atención porque nos escuchan, pueden repetir lo que dijimos, pero no lo han internalizado ni están prestando verdadera atención. Nos pasa a los profesores y les pasa a los medios, porque la audiencia redujo drásticamente su atención.
(P) ¿Qué contenidos abordas en Periodismo de inmersión? ¿Trabajan con óculos, desarrollan realidad aumentada?
Martínez: No llegamos a tanto porque si bien dentro del plan de estudios está el contenido, lo cierto es que el tiempo y la profundidad alcanza para mostrarles proyectos de medios y no mucho más. Por otra parte, digamos que tampoco el periodismo inmersivo ha sido un boom. Parecía que sí, pero finalmente no.
(P) Como con el Metaverso.
Martínez: ¡Exactamente! Y nos pasamos dos años hablando de lo que se iba a venir con el Metaverso. Ahorita hay que ver qué pasa con los nuevos lentes de Google. Pero mucho más actual y preocupante es la situación de los medios; alguien tiene que pagar por las noticias pero las personas piensan que con el abono de Internet es suficiente. Hoy se paga por contenido: Netflix, Spotify y otras plataformas, pero el punto es que Netflix no empezó regalándonos nada. ¿Cómo revertimos la idea de que las noticias no pueden ser gratis? Va a ser difícil. ¿O que pagar por noticias tiene un beneficio cuando está claro que el consumo de noticias está en declive? Desafortunadamente, en la cultura del mexicano informarse no es un beneficio, no le encuentran valor a reportajes extensos y bien documentados sobre la sequía o la minería, por ejemplo. ´Mientras yo sepa cómo va a estar el clima y el costo del dólar, alcanza´, se piensa. Y eso, para un futuro cercano, es una preocupación muy grande.
Como fundador y coordinador del Observatorio Mexicano de Medios en 2023 obtuvo una beca del International Center for Journalist ICFJ por su investigación sobre “fake media”, un proyecto derivado de un exhaustivo análisis de medios mexicanos. “Soy un migrante a medios porque soy ingeniero en Ciencias de la Computación pero siempre tuve inclinación por la sociología y la comunicación, por eso terminé trabajando en periodismo. Y como lo que más me gusta es la analítica y las estadísticas, dediqué un año a construir una metodología rigurosa, con categorías de análisis que me permitieran detallar y certificar qué es un medio digital y qué no lo es.
(P) ¿Y qué has descubierto con la investigación?
Martínez: Primero creé una base inicial con alrededor de 1.500 medios en todo el país, categorizados por provincia. Analizamos sus redes sociales y algunos datos básicos. Este ejercicio nos permitió comprender mejor el mercado de medios digitales en México. Por ejemplo, un 92% de los medios registrados depende de financiamiento gubernamental. Esto generó prácticas específicas en la relación prensa-poder y nos hizo prestar atención a que no siempre se verifica la fuente de información y muchos medios, incluso, son formadores de fake news.
El siguiente paso fue, en colaboración con fact checkers como Verificado, identificar medios que no cumplen con los estándares de un medio de comunicación digital. Y a raíz de esas investigaciones, creamos el concepto de «fake media» para identificar a los que no son un medio de comunicación tal como lo categorizamos. Clasificamos diferentes tipos de «fake media»: algunos dedicados a la publicidad de candidatos políticos, otros creados exclusivamente para desinformar y algunos gestionados por personas sin la formación adecuada. Estas categorías nos permitieron tener una visión más clara del panorama mediático mexicano.
Las variables sobre lo que debe ser un medio de comunicación le permiten identificar rápidamente cuando uno no lo es y se convierte en medio publicista o un medio aficionado.
(P) ¿Cómo es esa categoría de medio aficionado?
Martínez: Es el caso en el que se nota que es una persona sin experiencia, por poner un ejemplo, que está generando contenido, pero que no produce ni chequea, sino simplemente agarra algo ya publicado, lo toma y replica. Esas son malas prácticas y entran en el concepto de los fake media, porque las personas suelen creerles a los medios y esas prácticas son las que nos está haciendo daño en la profesión.