
En un sector cada vez más condicionado por métricas cuantitativas —como el número de clics, el tiempo de lectura o la fidelidad del usuario—, los medios de comunicación siguen afrontando una dificultad estructural: demostrar su valor más allá del consumo.
Estas métricas, aunque útiles, ofrecen una visión parcial que no refleja el impacto social del periodismo, ni su capacidad para fomentar el debate, representar voces diversas o exigir responsabilidades al poder.
Frente a esta limitación, dos expertas neerlandesas, Jekke Mink y Maike Olij, han desarrollado un marco alternativo que propone redefinir la manera en que se evalúa el trabajo periodístico, situando en el centro las necesidades del público y de la sociedad. Su propuesta, The Public Method, se ha publicado en Journalism.co.uk y ya está siendo adoptada por la radiodifusora pública NPO como parte de una estrategia de transformación editorial.
Jekke Mink, especializada en innovación con una larga trayectoria en medios públicos, y Maike Olij, investigadora centrada en las necesidades informativas de los usuarios, la evasión de noticias y el desarrollo de formatos, trabajan bajo el nombre de Sjoege, asesorando a organizaciones periodísticas en decisiones estratégicas. Con The Public Method, ambas plantean un cambio de paradigma: abandonar la dependencia exclusiva de los indicadores numéricos e incorporar criterios cualitativos que permitan valorar el periodismo por su función social.
El modelo se articula en torno a un diagrama circular —conocido como “modelo rosa”— que combina dos niveles de necesidades. En el centro, las del público: conocer, entender, sentir y actuar. En el exterior, las de la sociedad: descubrir, marcar agenda, representar y confrontar. Esta doble mirada permite a las redacciones evaluar qué papel cumplen con sus contenidos, más allá de cuánto se consumen.

La herramienta está diseñada para integrarse en el trabajo diario de los equipos editoriales. Un conjunto de cartas facilita la discusión sobre qué funciones se quieren priorizar, y qué valor se pretende aportar. La NPO ha comenzado a utilizar este enfoque de forma estructural: primero en sus procesos editoriales y, a partir de 2026, como base de su estrategia transversal de portafolio.
“En 2025 hemos empezado a incorporar el método como parte esencial de nuestra planificación editorial”, explica Karlijn Goossen, coordinadora de Journalism 360 en NPO, citada en Journalism.co.uk. “Pero más allá de la herramienta, esto va de liderazgo: de repensar qué significa el éxito en el periodismo, de invertir en cultura de redacción y de apoyar a los equipos para que evolucionen”.
La propuesta de Mink y Olij no consiste en desechar por completo las métricas tradicionales, sino en complementarlas con un enfoque más amplio. Frente a la homogeneización que impone evaluar de igual manera a un boletín informativo, un reportaje de investigación o un medio comunitario, The Public Method ofrece una vía para alinear los contenidos con el propósito del medio. En un contexto de desinformación, polarización y pérdida de confianza, reivindica el valor del periodismo como servicio público y propone herramientas concretas para hacerlo tangible.