Un informe de ciberinteligencia elaborado por el equipo de S2 Grupo analiza en profundidad las campañas de desinformación más significativas de los últimos años, desglosando el modus operandi de estas operaciones y detallando el impacto de la desinformación en momentos clave, como elecciones, eventos deportivos de gran visibilidad y cumbres internacionales.
El documento revela cómo la manipulación de la información se ha consolidado como una herramienta cada vez más sofisticada, empleada estratégicamente por ciertos gobiernos y otros actores con el fin de influir en la opinión pública y erosionar la credibilidad de instituciones legítimas.
El informe subraya el crecimiento constante de la desinformación como amenaza, destacando cómo ha evolucionado a través de tácticas multiplataforma y altamente elaboradas. La manipulación informativa, particularmente efectiva en momentos de gran exposición social o política, aprovecha la emocionalidad y la incertidumbre del contexto para maximizar su impacto.
Entre las principales tácticas identificadas se encuentran:
- Duplicación de medios de comunicación: la creación de sitios y perfiles que imitan a medios de comunicación legítimos permite difundir información engañosa con apariencia de veracidad, logrando que el mensaje llegue a un público amplio sin levantar sospechas iniciales.
- Falsificación avanzada de contenido multimedia: el uso de herramientas para alterar vídeos, imágenes y audios da lugar a contenidos ficticios y convincentes que distorsionan la percepción de eventos reales, convirtiéndose en una estrategia central de las campañas de desinformación.
- Difusión en redes sociales y foros: estas plataformas se han convertido en catalizadores de la desinformación debido a sus algoritmos que priorizan contenidos virales o sensacionalistas, facilitando que mensajes engañosos se amplifiquen rápidamente y sin control.
- Automatización con bots y cuentas falsas: la utilización de perfiles falsos y bots crea una ilusión de consenso social alrededor de ciertos temas, logrando que el contenido manipulado parezca aceptado y compartido por un gran número de personas.
- Ciberataques a la confianza pública: a través de técnicas de phishing y suplantación de identidad, los actores de desinformación apuntan a instituciones de confianza, buscando debilitar la credibilidad de fuentes clave de información.
Recomendaciones
Para mitigar el impacto de la desinformación y fortalecer la ciberseguridad, el informe propone una serie de medidas tanto para ciudadanos como para instituciones:
- Verificación rigurosa de fuentes: se recomienda que la información se contraste en medios acreditados y reconocidos. Verificar que una noticia haya sido recogida por varias fuentes confiables es fundamental para confirmar su veracidad.
- Consulta de diversas fuentes: contrastar las noticias en varias plataformas permite identificar posibles sesgos y falsedades, brindando una visión más equilibrada y menos susceptible de manipulación.
- Uso de herramientas de verificación: plataformas como Maldita, EFE Verifica o Newtral, junto con la búsqueda inversa de imágenes en Google, se convierten en aliados cruciales para validar la autenticidad de contenido visual y noticioso.
- Apuesta por el periodismo de calidad: el informe destaca la necesidad de apoyar un periodismo riguroso y de confianza que pueda contrarrestar las campañas de desinformación. Especialmente en situaciones de crisis, los medios deben actuar como referentes de veracidad y precisión, promoviendo una cobertura transparente y fundamentada.
- Educación y precaución en ciberseguridad: en contextos de emergencia o crisis, como se observó con la reciente DANA en Valencia, el informe subraya la importancia de verificar cuidadosamente los remitentes de correos electrónicos que solicitan ayuda o donaciones. Acceder siempre a sitios oficiales y mantenerse alerta ante posibles intentos de phishing contribuye a reducir el impacto de la desinformación.