Primera edición de Somos. Foto: El Comercio

La revista Somos, suplemento del diario El Comercio, ha alcanzado este mes su edición número 2.000 consolidándose como una de las publicaciones más influyentes en la evolución del periodismo narrativo en el Perú. Desde su fundación en 1986, la revista ha funcionado como plataforma de formación para generaciones de cronistas, editores, fotógrafos y escritores, que han dejado huella tanto en los medios como en la literatura y las artes visuales del país.

Desde sus primeras ediciones, la publicación impulsó un estilo propio que combinaba rigor periodístico, voz personal y sensibilidad estética, marcando un punto de inflexión en la manera de contar historias en la prensa peruana. Dirigida inicialmente por el escritor Fernando Ampuero, Somos ofrecía un espacio para desarrollar crónicas urbanas con libertad estilística y enfoque humano, en una época de crisis social y política.

Una escuela de talentos

Voces como las de Jeremías Gamboa, Patricia del Río, Luis Miranda, Doris Bayly, César Gutiérrez o María Luisa del Río dieron forma a un estilo reconocible que combinaba periodismo con vocación literaria. “Para mí, Somos era la meta”, recuerda Gamboa, autor de Contarlo todo. La redacción era, según quienes la integraron, un entorno exigente y estimulante, donde cada lunes los periodistas debían presentar propuestas de reportaje capaces de convencer a los editores de que merecían una portada o un especial de varias páginas.

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En paralelo, la fotografía jugó un papel central en la identidad visual de la revista. Eduardo ‘Yayo’ López, quien comenzó como practicante en 1989, capturó muchas de sus imágenes más emblemáticas en una etapa de transición del blanco y negro al color. “Cuando sentías mariposas en el estómago, sabías que ya tenías la foto correcta”, recuerda.

Cambios editoriales y expansión temática

Durante los años 2000, bajo la dirección de Óscar Malca, la publicación amplió sus secciones con mayor peso a la cultura, la contracultura, la arquitectura y la moda. Fue en ese periodo cuando periodistas como Lorena Salmón comenzaron a cubrir temas hasta entonces poco tratados en la prensa tradicional, como las tendencias de moda o el bienestar.

Con Eduardo Lavado y, posteriormente, Rafaella León como editores, Somos asumió el desafío de adaptarse al entorno digital sin renunciar a su sello narrativo. “Tuve la fortuna de cuidar, como si fueran mías, las palabras de grandes cronistas a quienes admiré desde chica”, afirma León, quien recuerda su vínculo con la revista desde su adolescencia.

Una revista múltiple, en un país cambiante

Para quienes fueron parte de su equipo, Somos fue también un espacio de convivencia profesional y creativa. “Una revista es un artefacto único y múltiple: periódico, libro, galería, mural… un ornitorrinco de papel”, define Ricardo León, exredactor y autor del libro Alias Jorge. Entre cierres intensos, debates sobre titulares y códigos propios de redacción, la publicación se convirtió en un referente de calidad periodística en el contexto cambiante del Perú.

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Gabriela Machuca, cronista durante más de una década, resume la experiencia de formar parte del equipo con un listado de coberturas que ilustran la amplitud del enfoque de la revista: desde recorrer las Malvinas o asistir al lanzamiento de un cohete en Cabo Cañaveral, hasta cubrir los carnavales de Recife o entrevistas en las alturas de Seattle y los márgenes de Lima. “Eso y más significó escribir para Somos”, recuerda.

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