
La elección del nuevo papa, iniciada ayer miércoles 7 de mayo en el Vaticano, se celebra bajo el estricto secreto del cónclave, pero también bajo el ruido de una campaña global de desinformación que ha proliferado en redes sociales y medios digitales. Desde noticias inventadas sobre supuestos papas ya elegidos hasta declaraciones falsas atribuidas a cardenales, la avalancha de contenidos manipulados ha puesto a prueba la credibilidad del periodismo y la capacidad de los canales oficiales para contener su difusión.
Falsas proclamaciones papales antes del cónclave
Uno de los focos principales de la desinformación ha sido la supuesta elección anticipada de algunos candidatos. El 21 de abril, el medio filipino The Rappler detectó un vídeo en YouTube que anunciaba falsamente la proclamación del cardenal Luis Antonio Tagle como “Papa Luis I”. La pieza, con apariencia de noticia urgente, circuló ampliamente pese a que el cónclave no había comenzado. Tagle, uno de los nombres que suenan con fuerza, es considerado una figura moderada dentro de la Iglesia y ha sido apodado “el Francisco asiático”.
Otros contenidos engañosos situaban ya como papa al cardenal guineano Robert Sarah, favorito entre sectores conservadores. En TikTok y Facebook se difundieron mensajes de supuestas cuentas automáticas acompañados de una imagen generada por inteligencia artificial en la que Sarah aparece con atuendo papal. Herramientas de detección de IA, consultadas por Euroverify, confirmaron que la imagen había sido manipulada digitalmente. Ni Sarah ha sido elegido ni hay registro alguno que lo muestre en esa indumentaria.
El bulo de la enfermedad de Parolin
Otro de los papables, el cardenal italiano Pietro Parolin, ha sido víctima de noticias falsas que aseguraban un empeoramiento repentino de su salud a pocos días del inicio del cónclave. La desinformación apareció en sitios como Catholicvote.org y fue replicada por medios italianos como Virgilio e Il Giornale, y por perfiles en redes sociales.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, desmintió esta información en rueda de prensa el pasado viernes. La Oficina de Prensa de la Santa Sede emitió además un comunicado donde reiteraba que Parolin no ha tenido problemas de salud recientes. VerificaRTVE también señala que este tipo de rumores se emplearon ya en 2013 para desprestigiar candidaturas durante el anterior cónclave.
Montajes y parodias presentadas como información
Algunas de las falsificaciones más sofisticadas han tratado de suplantar medios de comunicación de referencia. Una imagen que circuló en la red social X mostraba lo que parecía ser un artículo de opinión del diario británico The Guardian, titulado “El próximo papa debe ser musulmán o habrá violencia en las calles de Europa”. El texto era falso. El artículo nunca fue publicado por The Guardian ni por Yasmin Alibhai-Brown, la periodista a la que se atribuía. La imagen provenía de una cuenta paródica identificada como The Grauniad Official Parody, que imita el formato del periódico británico. Tanto el diario como la periodista confirmaron a Reuters que se trataba de una invención.
Manipulación discursiva con declaraciones inexistentes
Otro ejemplo lo ofrece la atribución de frases falsas al cardenal Robert Sarah. Algunas publicaciones le adjudican afirmaciones como “la mujer es la criatura más bella de la creación y no hay nada más repugnante que un hombre tratando de emularla” o “el pueblo judío ha asesinado a nuestro mesías”. VerificaRTVE, tras realizar búsquedas en sus perfiles oficiales y en la web del Vaticano, no encontró evidencia alguna de que Sarah haya pronunciado tales palabras. El medio Lead Stories también ha desmentido estas afirmaciones. En realidad, en su libro The Day is Now Far Spent, Sarah se refiere al pueblo judío como “el pueblo elegido de Dios” y al Holocausto como “el mayor escándalo de la humanidad”.
Un fenómeno con precedentes históricos
El profesor Ramón Salaverría, catedrático de Periodismo en la Universidad de Navarra, considera que estas campañas no son nuevas, aunque se han sofisticado. En declaraciones a ACI Prensa, advierte de que “la figura del papa, por su relevancia institucional y política, es un blanco habitual de intereses cruzados”. El experto sostiene que la desinformación circula ahora con mayor rapidez por el uso de redes sociales y herramientas de inteligencia artificial, y alerta de que “una figura tan expuesta como un cardenal papable es blanco fácil de manipulaciones”.
También el sacerdote italiano Roberto Regoli, experto en Historia de la Iglesia, recuerda que la injerencia en las elecciones papales tiene una larga tradición. Hasta principios del siglo XX, monarquías como la española o la austríaca ejercían el jus exclusivae, o derecho de veto, en los cónclaves. “El poder de los medios hoy es mucho más fuerte que en el pasado”, afirma Regoli, que considera que la presión mediática puede tanto dañar como reforzar una candidatura, dependiendo del relato que se construya.
La respuesta de la Iglesia y del periodismo
Frente a este contexto, los expertos insisten en la necesidad de acudir a fuentes oficiales y medios con trayectoria contrastada. “La desinformación se combate con alfabetización mediática, pensamiento crítico y tiempo para contrastar”, afirma Salaverría. El sacerdote Mario Ortega, de Radio María, pide no dejarse llevar por visiones mundanas y confiar en que los cardenales actúan guiados por la fe: “En tiempos de tanto ruido, escuchar al Espíritu Santo requiere también saber discernir las voces que no provienen de Él”.
El cónclave continúa en la Capilla Sixtina, con rondas de votación diarias hasta alcanzar la mayoría necesaria. Mientras tanto, periodistas y verificadores se enfrentan a una cobertura marcada por la opacidad del proceso y la urgencia de desmentir cada nuevo bulo en tiempo real.