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La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos ha puesto fin a la controvertida práctica conocida como “click para suscribirse, llamada para cancelar”, mediante una nueva normativa que obligará a las empresas a simplificar los procesos de cancelación de suscripciones.

A partir de ahora, los consumidores podrán cancelar sus suscripciones de la misma forma sencilla en que las contrataron, sin necesidad de realizar llamadas telefónicas largas o pasar por múltiples filtros de atención al cliente.

Esta medida, que entrará en vigor en seis meses, afecta a una amplia gama de sectores, entre ellos los medios de comunicación, un área donde la estrategia de dificultar las cancelaciones ha sido común y que se ha extendido a España. Algunos periódicos españoles, incluso de prestigio, obligan a los suscriptores a tener que llamar en horarios de oficina para cancelar, cuando la suscripción la realizan en un solo click.

Según la FTC, las empresas no podrán exigir que los usuarios hablen con un representante para cancelar si no fue necesario para suscribirse, y tampoco podrán cobrar tarifas adicionales por cancelar por teléfono.

El problema de las cancelaciones complicadas ha sido objeto de críticas en los últimos años, no solo en Estados Unidos, sino también en España y otros países.

Con más de 16.000 comentarios públicos recibidos sobre la norma, la FTC ha señalado que la nueva legislación no solo facilitará la cancelación de suscripciones, sino que también evitará prácticas abusivas, como la demora en responder a solicitudes de cancelación realizadas a través de mensajes telefónicos.

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Esta normativa no reemplazará las leyes estatales más estrictas que ya están en vigor, como la legislación recientemente aprobada en California, que facilita la cancelación en línea desde 2018.

La medida de la FTC llega tras años de discusiones y un período de comentarios públicos que ha permitido poner fin a una de las tácticas de retención de clientes más criticadas por los consumidores.

La nueva normativa supone un avance significativo en la protección de los derechos de los usuarios, tanto en Estados Unidos como en otros países donde se ha replicado esta estrategia de retención, y abre la puerta a que otros gobiernos adopten medidas similares.

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