Los incrementos de costes energéticos, el gran aumento del precio de papel, las huelgas continuadas en papeleras de países proveedores de papel como Finlandia, la guerra de Ucrania y un cúmulo largo de circunstancias están poniendo a muchos periódicos impresos de Europa contra las cuerdas.
Aunque la situación no es, en principio, tan grave como en Estados Unidos o Canadá, en donde ya se están dejando de imprimir medios por el coste que suponen y la reducción de márgenes, algunos editores europeos ya advierten de que no pueden garantizar que el periódico pueda seguir imprimiéndose en 2023 de no cambiar las circunstancias.
En Suiza, por ejemplo, los costes ya casi no permiten seguir con el negocio de la impresión, y algunos periódicos importantes están avisando por carta de que no garantizan que el periódico siga. El Neue Zürcher Zeitung (NZZ), uno de los periódicos más antiguos y respetados del país, creado en 1780, y que fijó unos alto estándares en la objetividad, profundidad y reportajes, ha remitido una circular a los suscriptores de la edición impresa instándoles a que se suscriban a la edición digital cuanto antes porque no saben si podrán seguir sacando la edición impresa el año que viene.
En la carta, explican que van a hacer todo lo posible por llenar su propio almacén de papel, para evitar quedar desabastecidos, pero no puede «descartar por completo que haya restricciones en la producción de nuestro periódico impreso en los próximos meses», indica la misiva.
Algunos suscriptores de la edición impresa de NZZ, sin embargo, ya han manifestado su oposición. «Quiero recibirlo en mi buzón y no en un formato electrónico», o «no quiero la edición digital, porque al final van a vender mis datos», son algunas de las respuestas recibidas, entre otras que citan el valor sentimental que tiene para ellos la edición impresa.
Frankfurter Allgemeine empieza a llenar sus almacenes para disponer de papel al menos en los tres próximos meses
En Alemania, los editores se han lanzado ya a llenar sus almacenes en la medida de lo posible, pero tampoco saben hasta dónde podrán llegar. «El papel en el que se imprime el periódico corre peligro de agotarse», explican desde el Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), el principal periódico de Alemania y uno de los más relevantes en Europa. «El cálculo es sencillo: sin papel, no hay diario», añaden.
La editora de FAZ ha comenzado a almacenar papel. Debido a que los rollos comprados son enormes y no hay suficiente espacio de almacenamiento, se ha tenido que instalar una carpa, en la que se apilarán gradualmente 1.400 toneladas adicionales de rollos de periódicos, con la intención de hacer frente a las necesidades de los próximos tres meses. Más allá, no saben qué podrá suceder.
Los editores de periódicos están actualmente «examinando varios escenarios», según, por ejemplo, el director gerente de la Asociación Suiza de Medios. «Se están barajando alternativas ante una posible escasez de energía, que podría tener graves consecuencias tanto para la impresión del periódico como para la disponibilidad del papel».
Una reducción en el número de páginas o la interrupción de las ediciones impresas algún día de la semana, como en Canadá, es «un escenario realista», especialmente porque los efectos de la guerra de Ucrania, con una posible escasez de gas en los meses más fríos del invierno, aún no son previsibles.