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Foto de archivo de la redacción de un periódico.

La transformación del consumo de noticias y el auge de nuevas plataformas están obligando a las redacciones a replantear su estructura, su papel estratégico y su operativa interna para seguir siendo relevantes.

Cada vez menos usuarios acceden directamente a las páginas web de los medios. En su lugar, descubren las noticias al desplazarse por redes sociales, escuchar pódcast, recibir boletines o compartir contenidos en canales como WhatsApp. El concepto de “lector” ha dejado de ser unívoco, y con él, la redacción tradicional se enfrenta a un ecosistema informativo más fragmentado y competitivo.

Además de esta fragmentación, los cambios tecnológicos –particularmente el acceso a información sintetizada por inteligencia artificial– han hecho que la producción de contenidos deje de ser el único valor diferencial.

En este escenario, la conexión con las audiencias, el desarrollo de comunidades y una redefinición profunda de los roles y estructuras internas se presentan como ejes clave para la sostenibilidad informativa.

Precisamente, FT Strategies ha analizado en profundidad estas transformaciones en el informe Designing the newsroom of the future, partiendo de dos fenómenos principales: los nuevos hábitos de consumo y la erosión de las fuentes compartidas de información. El informe plantea un enfoque triple para rediseñar las redacciones: cambios estratégicos, estructurales y operativos.

Redacciones orientadas a construir comunidad, no solo contenido

El informe subraya que el contenido sigue siendo esencial, pero ya no basta. Con la IA generando resúmenes y las plataformas decidiendo qué se ve, los medios deben ofrecer algo que no se pueda automatizar: una relación directa, auténtica y continua con sus públicos. Para ello, proponen:

  • Potenciar la interactividad: comentarios, sesiones en directo, grupos en plataformas como Discord o WhatsApp.
  • Crear formatos conversacionales: boletines, pódcast, eventos presenciales o digitales.
  • Invertir en experiencias editoriales que refuercen el vínculo con el usuario, no solo en producir artículos.

Según datos del informe State of Create de Patreon, el 86 % de los seguidores más comprometidos están dispuestos a unirse a comunidades de creadores y el 80 % pagarían por acceso exclusivo. La lógica de comunidad se impone frente al esquema tradicional de consumo pasivo.

Nuevos modelos estructurales dentro de las redacciones

En cuanto a la organización interna, el documento identifica tres modelos de referencia que distintos medios están explorando:

  • El modelo del “tercer equipo”: WP Ventures en The Washington Post
    Esta unidad autónoma busca desarrollar contenidos adaptados al canal de distribución, desde pódcast hasta formatos para redes. Su objetivo no es solo ampliar la audiencia, sino experimentar con enfoques que no encajan en la redacción tradicional.
  • Centros de excelencia: el caso de Financial Times
    En lugar de crear equipos aislados, el FT ha potenciado unidades transversales especializadas en formatos visuales y periodismo de datos. El equipo de investigaciones visuales, reforzado con fichajes como Alan Smith y Alison Killing, colabora con las secciones para incorporar narrativas más visuales y multiformato.
  • Modelo de red de creadores: Puck
    Esta startup periodística fundada en 2021 otorga a sus periodistas autonomía y participación en los ingresos. Cada redactor actúa como una marca personal conectada directamente con su comunidad, y su remuneración se vincula al número de suscriptores conseguidos. El modelo busca alinear los intereses editoriales con los del negocio y los del público.

Cambios operativos: redefinir roles e incentivos

El tercer eje de transformación que plantea el informe se centra en cómo operan las redacciones. Más allá de reorganizar equipos, se trata de repensar la estructura entera. Las claves que propone son:

  • Equipos híbridos con perfiles que combinen habilidades editoriales, métricas, producto y desarrollo de audiencias. Especial atención reciben los llamados “roles puente”, como el de Hannah Sarney en el FT, que han facilitado la integración de la cultura de datos en el proceso editorial.
  • Nuevas métricas: pasar de indicadores como páginas vistas a métricas de compromiso real (tiempo de lectura, visitas recurrentes, conversiones).
  • Incentivos compartidos: alinear objetivos entre departamentos con una métrica común y una dirección conjunta.

En este sentido, el informe advierte que el cambio no siempre implica contratar nuevos equipos. En muchos casos, se trata de crear una trayectoria de desarrollo clara para funciones que ya existen, como los equipos de desarrollo de audiencias, a menudo relegados a tareas analíticas sin participación en las decisiones estratégicas.

El riesgo de no transformar las redacciones va más allá de perder lectores: supone quedar fuera de un ecosistema informativo en evolución constante, donde la atención es efímera y la conexión con las audiencias se ha vuelto el principal activo para el futuro del periodismo.

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