El consumo de medios atraviesa un cambio de paradigma pero, a pesar de los pronósticos, la televisión sigue siendo el más elegido por los argentinos mayores de 35 años.
Según el último informe de la consultora Kantar IBOPE Media, la TV argentina llega al 99% de los hogares con un promedio de 3 horas y 34 minutos de encendido por día. Por otro lado, destaca que el 83% de los argentinos tiene acceso a, por lo menos, dos pantallas: la tradicional y una tablet, smartphone o PC/notebook. Otra cifra que arroja el informe es que el 60% de las personas interesadas en productos anunciados en la TV realizan comentarios en las redes sociales al mismo tiempo que consumen televisión.
En Argentina hay un promedio de dos televisores por cada hogar y la cantidad de Smart TV llega tan solo al 0,7 por hogar. Los datos, brindados por la Encuesta Nacional de Consumos Culturales, confirman además, que el 95,8% de los encuestados ven televisión diariamente, el 73,2% ve televisión por cable, el 20,8 por canales analógicos y solo el 5% TV digital abierta.
Según este artículo firmado por el especialista en telecomunicaciones Santiago Marino, el Espacio Audiovisual Ampliado (EAA) incluye la televisión en todas sus formas y a sus diversos modelos de negocios (TV abierta, paga, por cable o satelital, analógica y satelital). El EAA contempla dinámicas de producción, distribución y consumo de contenidos audiovisuales que incluyen nuevos actores, como los operadores que transmiten por Internet y que habilitan la recepción de contenidos on demand o sincrónicos.
En Argentina, el mercado televisivo está determinado por la TV abierta y la TV paga; el 83% paga un abono mensual para ver televisión (por cable o satelital) mientras que el casi 26% mira televisión abierta o digital. Si el acceso a la información es un derecho de las personas, la pregunta que dentro del sistema queda sin responder es cómo achicar la brecha entre quienes pueden pagar y quienes no.
En esta línea, la UNESCO publicó un documento del Observatorio Latinoamericano de Regulación de Medios y Convergencia (OBSERVACOM) en el que propone una serie de recomendaciones dirigidas a los reguladores de América Latina para “el establecimiento de una regulación democrática” para los servicios de plataformas audiovisuales, como Netflix, Amazon, HBO y otros.
Un informe de la consultora Enrique Carrier & Asociados, especialista en el mercado de las Telecomunicaciones, afirma que “si bien la televisión paga sigue reinando claramente como plataforma de consumo audiovisual, comienza a ser visible, a nivel estructural, la amenaza del recambio generacional, así como a nivel coyuntural, el impacto de la recesión”.
El trabajo de investigación resalta que la TV paga sigue teniendo una fuerte penetración entre los hogares que están conectados a Internet (un 83%), pero en el último año registró un retroceso de 4 puntos debido a la recesión. Por otro lado, lo contrario sucede en los hogares que habitan menores de 35 años. En esa franja, el 18% se conecta a Internet pero no a la TV (paga ni gratuita), cuando hace un año tan solo llegaba al 12%.
A través de estos datos, Carrier concluye que no significa que en los hogares jóvenes no haya consumo de contenidos audiovisuales pero sí comienza a vislumbrarse un cambio en los hábitos y formas de consumo volcados exclusivamente a Internet, ya sea en forma gratuita (YouTube), paga (Netflix), compartida (Flow) o mediante descargas. “Claramente, el modelo de TV a través de una infraestructura específica comienza a dejar lugar a uno de infraestructura abierta”.
Los constantes cambios y mutaciones tecnológicas, económicas y socioculturales se dan en un marco de incertidumbre sobre los modelos de negocios y sobre el futuro de los grandes medios y su relación con los usuarios. Sin embargo, por el momento, la TV se adapta a las nuevas formas de producción y de consumo, no solo en su estructura sino también en sus contenidos.