El último Wiener Zeitung se publicó el viernes con un comunicado del equipo editorial despedido. Foto: Der Standard

Los últimos movimientos para salvar la edición impresa del periódico más antiguo del mundo aún en circulación han fracasado, y el Wiener Zeitung ha publicado su último número impreso. El cierre se produce en medio de fuertes críticas y acusaciones de la industria periodística y el ámbito político en Austria. La noticia se conocía desde hace meses, pero pese a haber tiempo, no se han encontrado soluciones.

La publicación se transforma en un medio sólo online (aunque con algunos especiales en edición impresa anuales), y continuará siendo sufragado por el presupuesto federal. Según indican desde Wiener Zeitung, esta transformación lleva consigo la despedida de más de 60 empleados, que representan tres cuartos de la plantilla de redacción. El equipo de redacción se reducirá a unos 20 miembros.

La comunidad periodística, tal como recoge Der Standard, ha expresado su descontento y preocupación ante el cierre. Paul Vecsei, coordinador del comité «Salva el Wiener Zeitung», criticó la decisión, aludiendo a la pérdida de empleo de muchos colegas y a la persecución a «los cabecillas de la resistencia». Vecsei afirmó que tres representantes del personal han sido despedidos.

«Acto de vandalismo mediático por bárbaros sin cultura»

En declaraciones al Standard, Thomas Seifert, editor jefe de Wiener Zeitung, calificó el fin de la publicación como un acto de vandalismo mediático por parte de «bárbaros sin cultura». En respuesta a la decisión, Andreas Babler, líder del partido SPÖ, declaró que este «despido frío de un periódico que pertenece a la República, es decir, a todos nosotros, es un escándalo político mediático que no puedo y no aceptaré».

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Por su parte, Henrike Brandstötter, portavoz de medios de comunicación de Neos, describió la decisión como un «fracaso total del gobierno», ya que considera que podría haberse evitado. La portavoz criticó a los partidos gobernantes, alegando que preferían destruir el diario en lugar de buscar soluciones como venderlo o desarrollar un modelo cooperativo.

El sindicato GPA se sumó a las críticas, alegando que se ha mentido al personal y al público al respecto. Barbara Teiber, presidenta del sindicato, lamentó el trato hacia los trabajadores y la falta de propuestas concretas para la reestructuración del medio como una plataforma online.

El cierre del «Wiener Zeitung» marca un hito en la historia de los medios austríacos y ha generado un amplio debate sobre el futuro del periodismo y la libertad de prensa en Austria.

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