El gobierno australiano ha presentado un plan para gravar los ingresos de grandes plataformas tecnológicas como Facebook, Google y TikTok, con el objetivo de fomentar acuerdos de financiación con medios de comunicación locales. La medida busca garantizar el apoyo al periodismo australiano, incluso si estas plataformas deciden no hospedar contenido informativo.
El nuevo impuesto, que también podría aplicarse a empresas como Apple y Microsoft, se calculará sobre los ingresos generados en Australia. No obstante, las plataformas podrán reducir el gravamen a cero si establecen acuerdos similares a los firmados en 2021 bajo el Código de Negociación de Medios de Noticias, que benefició a organizaciones como la ABC y Nine.
Un equilibrio entre presión e incentivos
El gobierno ha diseñado el impuesto como un mecanismo disuasorio más que recaudatorio. Según el ministro Stephen Jones, esta medida pretende «traer a las plataformas y a los medios a la mesa de negociación» sin afectar la sostenibilidad de las operaciones tecnológicas en Australia. Sin embargo, la propuesta enfrenta críticas de las propias plataformas, que consideran que se está «forzando a un sector a subsidiar comercialmente a otro».
Las negociaciones sobre el alcance del impuesto aún no han concluido. Entre las medidas contempladas, se aplicará únicamente a plataformas con ingresos anuales superiores a 250 millones de dólares australianos en el país. No obstante, el gobierno no ha revelado el porcentaje del impuesto ni el tamaño del incentivo fiscal.
Reacciones divididas
Las organizaciones de medios han celebrado la propuesta como un paso positivo para garantizar la sostenibilidad del periodismo. La ABC, que amplió su presencia regional gracias a acuerdos previos, expresó su apoyo al plan, mientras que Nine valoró la medida como una protección para el ecosistema mediático australiano.
Por su parte, las tecnológicas han mostrado su preocupación. Meta, que ya había amenazado en 2021 con retirar noticias de sus plataformas, señaló que «la mayoría de los usuarios no acuden a nuestras plataformas para consumir noticias». Google, que renovará acuerdos con más de 80 medios locales, advirtió que el impuesto podría poner en riesgo los acuerdos comerciales existentes.
Un modelo a observar
El impuesto australiano podría convertirse en un precedente para otros países que buscan gravar a las grandes tecnológicas y redistribuir esos ingresos en beneficio del periodismo local. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad del gobierno para cerrar posibles vacíos legales y lograr un equilibrio entre presión fiscal y acuerdos comerciales sostenibles.