La inteligencia artificial (IA) está transformando la producción y distribución de noticias a nivel global, pero su adopción se enfrenta a retos únicos, según el informe Journalism in the AI Era: A TRF Insights survey, elaborado por la Fundación Thomson Reuters y dirigido por Damian Radcliffe, profesor de la Universidad de Oregón y experto en tendencias digitales y tecnología mediática.
El estudio, basado en una encuesta realizada en octubre de 2024 a más de 200 periodistas de 70 países, proporciona un análisis detallado del uso de la IA en las redacciones de estas regiones, destacando tanto las oportunidades como los desafíos estructurales y éticos que conlleva su implementación. Entre los hallazgos más significativos, la investigación revela que el 80 % de los periodistas encuestados ya utilizan IA en su labor cotidiana, pero un 79,3 % de las redacciones carecen de una política establecida para su uso.
Adopción sin estructura: la falta de políticas y formación como barreras clave
A pesar del creciente uso de herramientas de IA en la producción informativa, la mayoría de los periodistas de países desarrollados y las economías emergentes trabajan en entornos donde no existen regulaciones claras ni formación específica para su uso. Esta ausencia de alineamientos genera incertidumbre y expone a los profesionales a riesgos como el uso inadecuado de estas tecnologías o la dependencia de modelos desarrollados en contextos ajenos a sus realidades.
El informe señala que el 57,6% de los periodistas que utilizan IA lo han aprendido de forma autodidacta, lo que pone de manifiesto la falta de programas de formación estructurados. Esta realidad contrasta con la situación en mercados más desarrollados, donde las grandes corporaciones mediáticas han empezado a integrar estrategias claras para la implementación de IA en sus procesos informativos. En el Sur Global, sin embargo, el aprendizaje informal es la norma, lo que limita el aprovechamiento de esta tecnología y agrava las desigualdades en el acceso a la innovación.
Impacto en el periodismo: automatización, eficiencia y el riesgo de desinformación
Más de la mitad de los encuestados (52,4 %) reconocen que la IA ha tenido un impacto significativo en su trabajo. Entre los principales beneficios mencionados destacan la automatización de tareas repetitivas, la mejora en la eficiencia de producción de contenidos y la capacidad de analizar grandes volúmenes de datos en menos tiempo. Sin embargo, el estudio también refleja preocupaciones latentes sobre los riesgos que conlleva su uso, particularmente en lo que respecta a la creatividad, la originalidad y la veracidad de la información generada con ayuda de IA.
Uno de los principales desafíos identificados es el impacto de la IA en la calidad informativa. La creciente automatización del periodismo plantea dudas sobre la pérdida de identidad y profundidad en la producción de noticias, así como la posibilidad de que la tecnología reproduzca sesgos o genere contenido erróneo. La falta de supervisión editorial adecuada y la dependencia de modelos de IA entrenados con datos no siempre representativos de las realidades locales son algunos de los riesgos que preocupan a los periodistas encuestados.
Otro aspecto crítico es el impacto de la IA en la sostenibilidad económica del periodismo. Si bien estas herramientas pueden optimizar procesos y reducir costos, su integración sin una estrategia clara puede agravar la precarización laboral en el sector. En redacciones con recursos limitados, la tentación de reemplazar periodistas con modelos automatizados puede llevar a una reducción en la calidad de la información y al debilitamiento del papel del periodismo como garante del derecho a la información.
Brecha tecnológica y desafíos en la regulación
El informe de TRF Insights subraya que los debates sobre IA en el periodismo han estado dominados por una perspectiva occidental, sin prestar suficiente atención a las desigualdades tecnológicas que existen entre diferentes regiones. Mientras que en mercados como Europa o Norteamérica las discusiones giran en torno a cuestiones como la propiedad intelectual de los contenidos generados con IA o los sesgos algorítmicos, en el Sur Global los problemas más urgentes están relacionados con la infraestructura tecnológica, el acceso a herramientas avanzadas y la falta de regulación específica.
La ausencia de políticas claras y de estrategias gubernamentales para la integración de la IA en los medios de comunicación genera incertidumbre y aumenta la dependencia de plataformas tecnológicas extranjeras. Esto, a su vez, plantea preocupaciones sobre la soberanía informativa y la capacidad de las redacciones locales para desarrollar modelos de IA adaptados a sus necesidades y contextos.
Recomendaciones del informe: formación, regulación y una IA más inclusiva
Para abordar estos desafíos, el informe de TRF Insights ofrece una serie de recomendaciones dirigidas a diversos actores clave del sector, incluyendo medios de comunicación, financiadores, responsables políticos y desarrolladores de tecnología. Entre las estrategias más relevantes se encuentran:
- Para los financiadores y organizaciones de desarrollo mediático:
- Invertir en formación y capacitación en IA específicamente diseñadas para periodistas del Sur Global y economías emergentes.
- Financiar proyectos piloto en redacciones locales para explorar usos innovadores de la IA.
- Apoyar iniciativas destinadas a la creación y distribución de herramientas de IA accesibles para medios con menos recursos.
- Para las redacciones y líderes de medios:
- Establecer políticas claras sobre el uso aceptable y ético de la IA en la producción informativa.
- Implementar programas de formación interna para garantizar que los periodistas y editores comprendan las capacidades y limitaciones de estas herramientas.
- Fomentar una cultura de alfabetización digital y ética en torno a la IA, evitando su uso indiscriminado o sin supervisión editorial.
El estudio enfatiza la necesidad de construir una IA más inclusiva, que tenga en cuenta las realidades y desafíos específicos de los periodistas en contextos emergentes. Esto requiere un esfuerzo coordinado entre medios de comunicación, universidades, gobiernos y la industria tecnológica para garantizar que la inteligencia artificial no se convierta en un factor que amplifique las desigualdades existentes, sino en una herramienta que potencie la diversidad informativa y el acceso a información verificada.