Hay cierta recurrencia en la forma en la Sabrina Bianchi, docente y coordinadora académica de postgrados en la Facultad de Comunicación de la Universidad ORT Uruguay, se presenta en su perfil profesional: “Apasionada por..”, “Interesada en…”, “Eterna aprendiz”, una característica que comparten la mayoría de los entrevistados de esta sección.
Me pregunto entonces si hay otra manera, que no sea el entusiasmo por el futuro y la pasión para transmitir esta profesión la que nos lleva a estar al frente del aula. Bianchi tiene muchas respuestas en torno a este interrogante y una afirmación contundente: “Creo que este es el mejor momento para estudiar Comunicación.”
(P) ¿En este contexto de desinterés generalizado por el periodismo y donde el énfasis en la comunicación pareciera estar puesto en la producción audiovisual para redes sociales, ¿por qué crees que es el mejor momento?
Bianchi: Hay grandes mitos sobre estudiar periodismo que se han ido cayendo con el tiempo. Por ejemplo, la creencia de que vas a estudiar para ser empleado. Actualmente, el contexto, el conocimiento y la cantidad de herramientas que tiene un comunicador profesional hace que las barreras de entrada para emprender sean exageradamente bajas porque cuenta con el potencial de capitalizar y monetizar su talento, si tiene buenas ideas.
Por otra parte, hoy en día un periodista puede internacionalizar su talento y sus proyectos, una puerta al mundo que antes era impensada. Y por último, en este momento donde la inteligencia artificial está en auge y la desinformación es parte del día a día, la función del periodista no sólo es hiper importante sino que se resignifica, porque a la sociedad le cuesta distinguir qué es cierto y qué no, qué fue dicho o escrito por una persona y qué por una máquina.
Licenciada en Comunicación Publicitaria, máster en Educación y en Dirección de Comunicación por Barcelona School of Management de la Universidad Pompeu Fabra, la obsesión de Sabrina Bianchi es cómo hacer dialogar distintas disciplinas de la mano de la tecnología, para potenciar la evolución del periodismo y la comunicación.
Formar ambidiestros cerebrales: profesionales que combinen números y letras
“Hay que empezar a cruzar las disciplinas y tener una mirada mucho más transversal con el concepto de ambidiestros cerebrales, es decir, personas que combinen números y letras para convertir datos en historias. A nuestra generación nos formaron para situarnos, encasillarnos, pero la realidad es que las nuevas generaciones están mucho más preparadas que nosotros para pensar transversalmente”, señala entusiasta Bianchi.
(P): ¿Por eso dentro de la licenciatura en Comunicación dictan asignaturas como Matemática y Estadística?
Bianchi: Sí, en la orientación en Analítica de datos. ¡Y no sabés la buena recepción que ha tenido! Por eso insisto es que no hay que dejar que te definan sólo las tareas relacionadas con la escritura, porque si te quedás con el “Yo soy de Comunicación” te perdés de ver el mundo en su globalidad, en un sentido más holístico.
Ese tipo de prejuicios y encorsetamiento nos atrofian y el profesional que combinó ambas cosas, te sacó una ventaja importantísima. Hay que romper una tradición histórica a nuestras disciplinas: los periodistas peleados con los publicistas, los de audiovisual haciendo películas de culto que pocos entienden… ¡y sin hablar de números porque “no es lo nuestro”! Hay temas y prejuicios culturales que tenemos que abandonar.
Otro aspecto que a Bianchi le parece fundamental es comprender que las nuevas generaciones tienen otro tipo de lógicas y maneras de interpretar la profesión. La carta del periodista y docente uruguayo Leonardo Haberkorn, escrita en 2015, que se volvió viral y expresa su frustración respecto a la falta de interés y entusiasmo de los estudiantes en el aula, sumado al uso de las redes sociales, sirve de ejemplo para evidenciar que, en ocasiones, hay una marcada brecha entre las viejas y nuevas formas de enseñar y ejercer el periodismo.
En este sentido, no son pocos los profesores que iniciaban su primera clase con la famosa frase “Si alguien quiere hacerse rico, no es con esta profesión”. Para Bianchi, este tipo de posicionamiento reproduce estigmas y prejuicios a las nuevas generaciones, que ya tienen más en claro la importancia de pensar y armar un modelo de negocio sustentable siendo comunicadores. “En vez de decir que no van a ser ricos con esta carrera, hay que pensar en cómo ganar plata, haciendo lo que nos gusta. Hoy los medios somos nosotros creando nuestro propio modelo de negocio.”
(P) ¿Qué cambios consideras que hay que hacer para que el periodismo sea un negocio sustentable en este contexto?
Bianchi: Nosotros estamos presentando nuevos planes para el 2025 en todas las orientaciones y venimos de reflexionar en profundidad sobre este debate que quieren instalar sobre la muerte del periodismo: el periodismo no murió, se transformó y la academia tiene que ganar agilidad de la mano de regulaciones estatales que ayuden a hacer modificaciones más rápidas, porque las materias se están teniendo que repensar y actualizar permanentemente.
(P) En ese sentido, ¿cuál fue la necesidad de formación que detectaron para crear el Máster en Creatividad, Innovación y Comunicación?
Bianchi: Lo que detectamos es una falta enorme de ofertas actualizadas en Uruguay. Encontramos un dato y es que sólo el 1.3% de los uruguayos tiene un posgrado. Esto habla de una sociedad que tiene un trabajo enorme por delante para profesionalizarse. Por ser un mercado pequeño la oferta es reducida y los riesgos altos y por eso quienes querían cursar un posgrado se estaban yendo afuera y el que no podía, no continuaba sus estudios.
Respecto al Máster, lo primero que digo siempre es que el estudiantado de este programa es el zoológico académico más grande que tiene la universidad. Hay ingenieros, periodistas, contadores, psicólogos, sociólogos, arquitectos, comunicadores, diseñadores… ¡de todo! Porque la resolución de problemas complejos necesita de cabezas distintas para encontrar soluciones más innovadoras y lo mismo aplica para la comunicación y el periodismo.
(P) ¿Qué rol cumple dentro de estas propuestas académicas la IA y cómo la abordan los profesores?
Bianchi: La tecnología y la innovación están en el ADN de la institución. De hecho, el Ing. Eduardo Mangarelli, decano de Ingeniería, cada dos o tres meses reúne a toda la universidad y nos da charlas sobre lo nuevo que va surgiendo. Además, se destinaron fondos para premiar a los docentes que desarrollaran proyectos académicos con inteligencia artificial y eso estimuló muchísimo la investigación.
Un ejemplo que refleja la impronta de la universidad respecto del uso de la IA es No me mata la muerte, un cortometraje de ficción inspirado en la poetisa uruguaya Delmira Agustini, que fue hecho 100% con inteligencia artificial, y casi todas herramientas gratuitas. Los desafíos de nuestras profesiones están siempre cambiando, pero cada vez más rápido, por lo que la fecha de vencimiento del conocimiento es cada vez más corta.
En ese sentido es importante entender que todos estamos aprendiendo, docentes y estudiantes. En la facultad se desarrolló una política de uso de inteligencia artificial para los alumnos donde se les habilitó a que la usen de todas las maneras posibles. Eso sí, citando qué hicieron, con qué herramientas, con qué indicaciones. Y solo con ese detalle aprendí un montón de los estudiantes.