¿Por qué en algunos ámbitos se piensa que la gran mayoría de los periodistas parecen compartir las mismas ideas, adoptar los mismos discursos y defender posiciones muchas veces alejadas de las preocupaciones de la opinión pública? O, esta otra opinión: ¿Por qué rechazan con tanta virulencia las expresiones populares, particularmente las expresadas en las urnas?
Estas preguntas, que rondan el panorama mediático general, encuentran respuestas incisivas en el nuevo trabajo de Xavier Eman tituladoFormatage continu, tour de France des quatorze principales écoles de journalisme (La Nouvelle Librairie), que ha abierto un relativo debate en Francia.
En el libro, prologado por Claude Chollet (OJIM), el autor destaca un sistema que describe como «formato ideológico», «endogamia social» y «cooptación política». A través de un análisis intransigente, Xavier Eman se sumerge en el corazón de las facultades de periodismo, y asegura que se trata de una red donde la diversidad a menudo se limita a la distribución geográfica, lejos del verdadero pluralismo intelectual. Estas instituciones, pilares de la formación periodística, son denunciadas por Eman por su papel en la estandarización del pensamiento y las prácticas periodísticas.
Eman argumenta, por ejemplo, que las principales escuelas de periodismo en Francia promueven una uniformidad ideológica entre sus estudiantes. «La gran mayoría de los periodistas parecen compartir las mismas ideas y defender posiciones que a menudo se alejan de las preocupaciones reales de la opinión pública», afirma el autor. Este fenómeno, según Eman, se debe a una combinación de endogamia social y cooptación política que restringe la pluralidad intelectual dentro de las instituciones formadoras.
Un sector dominado por personal docente con ideologías políticas afines
El autor señala que las escuelas de periodismo están dominadas por un personal docente con ideologías afines, predominantemente de centro-izquierda a extrema izquierda. Además, la mayoría de los estudiantes provienen de entornos sociales privilegiados, lo que refuerza la falta de diversidad y contribuye a una desconexión con las realidades de la mayoría de la población.
«Estos estudiantes, provenientes mayoritariamente de la burguesía de la ciudad, ya poseen una forma de pensar «bobo-mundialista» que limita su capacidad para representar verdaderamente la diversidad de opiniones en la sociedad», explica Eman.
La falta de diversidad en la formación periodística tiene serias repercusiones en la calidad de la información, según los argumentos del autor. Eman sostiene que esta homogeneidad ideológica conduce a una cobertura mediática que no refleja la pluralidad de opiniones existentes en la sociedad. «Esto no solo afecta la objetividad y la imparcialidad del periodismo, sino que también erosiona la confianza del público en los medios de comunicación», añade el autor.
Comparaciones internacionales
Aunque el análisis de Eman se centra en las escuelas de periodismo francesas, la crítica al fenómeno del pensamiento único no es exclusiva de Francia. En diversos países, se ha criticado una tendencia similar donde las instituciones formadoras de periodistas reflejan predominantemente las ideologías dominantes, limitando así la diversidad de pensamiento en el ámbito mediático.
Este patrón, recoge el libro, plantea preguntas cruciales sobre cómo las formaciones periodísticas pueden adaptarse para fomentar una mayor pluralidad y representar de manera más fiel la diversidad de la sociedad.
Propuestas para una reforma
Frente a esta problemática, Eman propone una serie de reformas orientadas a diversificar la formación periodística. Sugiere la creación de programas educativos centrados en aspectos técnicos del periodismo, sin imponer una ideología específica, y la inclusión de docentes con diversas sensibilidades políticas.
Además, aboga por una mayor inclusión social en las escuelas de periodismo, permitiendo la entrada de estudiantes provenientes de diferentes contextos socioeconómicos para enriquecer el debate y la diversidad de opiniones dentro de las aulas.
Testimonios de autocensura y conformidad
Durante una entrevista en profundidad en Breizh-info, Eman compartió experiencias de antiguos alumnos que han sentido la presión de conformarse con la línea ideológica predominante para evitar ser etiquetados como «mal pensantes». «Debieron adoptar una forma de ‘esquizofrenia’, diciendo y escribiendo lo contrario de lo que realmente pensaban para poder seguir en la formación y encontrar trabajo al graduarse», afirmó Eman, revelando una realidad preocupante dentro de las instituciones formadoras de periodistas.