Ryan Kelly estaba el 12 de agosto de 2017 en Charlottesville (Virginia) cubriendo una manifestación en defensa de la supremacía blanca. De repente, un coche entraba en la escena y el conductor estampaba su automóvil contra un grupo de contramanifestantes, matando a Heather Heyer, de 32 años. Kelly captó con su cámara ese momento, con una nitidez increible. El trabajo le valió hace unos días el Premio Pullitzer, el galardón que premia año tras año los mejores trabajos periodísticos en Estados Unidos. Aquella fotografía que le ha valido medio año después el Pullitzer la hizo el último día en que trabajó como fotoperiodista.

Ese era justo el día en que Kelly dejaba el oficio en el que se había formado y colgaba la cámara con la que inmortalizó ese momento para dirigir las redes sociales de una cervecería de Richmond. ¿La razón? Como periodista ya apenas podía subsistir. La crisis de la industria de los medios, que ha reducido los salarios de un trabajo que comporta mucho estrés, le hicieron dejar el fotoperiodismo.

En una posterior entrevista, Kelly indicaba: «Aunque amo el periodismo y me encanta el periódico, después de cuatro años me estaba consumiendo por los horarios,  el bajo salario y el alto estrés. Muchas noches y muchos fines de semana ni siquiera podía ver a mi esposa. Empecé a buscar otras oportunidades de trabajo y encontré uno en una ciudad diferente al periodismo».

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Pese al Pullitzer, sigue pensando que no hay razones para volver. 

No es el único caso de ganadores de Pullitzer que dejan el periodismo por los bajos salarios que se están pagando debido a la crisis. No los Pullitzer internacionales, que juegan en otra liga, sino los Pullitzer de periódicos locales.

Salarios insuficientes para personas con responsabilidades

En los últimos años, otros ganadores Pulitzer han dejado sus redacciones porque lo que fue una profesión en la que difícilmente uno se podía hacer rico pero que daba para vivir sin pasar penurias, ya apenas puede pagar salarios para personas con responsabilidades familiares o cargas como hipotecas.

Algunos de los Pulitzer han montado sus propias agencias de Relaciones Públicas, otros han creado agencias de Marketing, especialmente de Marketing de Contenidos o Comunicación, o bien se han integrado en ellas. Otros son portavoces de Fundaciones o Directores de Comunicación de empresas.

La situación en España es muy parecida a la de Estados Unidos

Y en España la situación no es muy diferente. La crisis se ha llevado por delante una buena parte de los periodistas mayores de 45 años, los que tenían unos salarios más elevados por los años de permanencia en la empresa y por estar en muchos casos en los staffs con puestos de responsabilidad.

A la hora de tomar decisiones para aligerar las cargas económicas, los ERE y los despidos se han centrado mayoritariamente en los profesionales de mayor relevancia y se han mantenido a los de menor coste, generalmente recién llegados a las plantillas, o si se han contratado nuevos periodistas, han venido recién salidos de las universidades, y con salarios bajos.

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En España, ex directores de medios nacionales o periodistas de amplia trayectoria han creado o forman parte de agencias de marketing o asesoran a empresas en su proceso de transformación digital, así como a compañías y departamentos de Comunicación.

Otros son directores de Comunicación de empresas de diferente índole o forman parte de gabinetes de administraciones públicas. La conexión con el periodismo que ejercían antes se mantiene, en algunos casos, con colaboraciones en Tribunas o artículos de opinión.

Lo que antes se observaba al entrar a una redacción, un paisaje formado por periodistas de mediana edad, curtidos en mil batallas, dirigidos por periodistas de más larga trayectoria aún, y un reducido grupo de jóvenes que peleaba por ir abriéndose hueco y que relevaban de manera natural las jubilaciones de los más veteranos, en periódicos regionales o nacionales fuera de los medios líderes, se ha tornado en paisaje distinto en el que la mayor parte de los puestos están ocupados por jóvenes o, en menos casos, por periodistas que han accedido a continuar con notables recortes en sus salarios, por temor a no encontrar algo fuera de lo que ha sido su casa.

Webs especializadas en periodismo, como Poynter, Inside Sources, y otras están abordando últimamente desde diferentes ópticas esta tendencia que puede llevar, para bien o para mal, a que el oficio de periodista sea para jóvenes que pueden sobrevivir con salarios muy bajos, generalmente los mínimos que se pueden pagar según el convenio, y después de encadenar becas y contratos de formación.

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Starrs: «En este momento el periodismo es una profesión para jóvenes»

Joseph Starrs, actual director del Instituto de Periodismo Político del Fondo para Estudios Americanos, trabajó en la radio y el periodismo impreso antes de liderar este instituto. En una entrevista que publica precisamente Inside Sources, ve el cambio como una señal desafortunada de los tiempos. «Muchas empresas de noticias no quieren pagar los salarios que buscan los periodistas de más edad», dijo. «El campo de las Relaciones Públicas es una transición natural».

Starrs no tiene dudas: «En este momento el periodismo es una profesión para jóvenes. Y las personas mayores que quedan están tratando de decidir qué hacer», cuando lo normal antes era estar haciendo carrera para sustituir al editor jefe pasados unos años.

Imagen de cabecera: Fotografía que le valió el Pulitzer a Ryan: M. Kelly.  Un vehículo se estrella contra un grupo de manifestantes que marchan a lo largo de  Downtown Mall en Charlottesville, en una contramanifestación a una marcha supremacista, el sábado 12 de agosto de 2017. Foto / Ryan M. Kelly / The Daily Progress

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