El periodismo atraviesa una de sus mayores crisis en décadas. Así lo advierte Reporteros Sin Fronteras (RSF) en su Informe de Actividades 2024, donde denuncia el aumento de la represión contra los periodistas, el fortalecimiento de la propaganda estatal y el colapso de los modelos tradicionales de prensa. Con un mapa de la libertad de prensa cada vez más teñido de rojo, la organización advierte que el derecho a la información enfrenta un deterioro sin precedentes.
Según el informe, más de la mitad de la población mundial vive en países donde la prensa es clasificada como «difícil» o «muy grave», una tendencia que se ha acelerado en los últimos años. En 2024, 54 periodistas fueron asesinados, 550 encarcelados y 55 tomados como rehenes, con un alarmante incremento de la violencia en zonas de conflicto y bajo regímenes autoritarios. Gaza se convirtió en la región más peligrosa para la prensa, con más de 145 periodistas asesinados desde octubre de 2023.
La inteligencia artificial y la desinformación han agravado la crisis, erosionando la confianza del público en los medios y dejando a la prensa sin control sobre su propio sector. RSF alerta sobre el impacto de la IA generativa, utilizada tanto para la manipulación informativa como para la sustitución de periodistas por modelos automatizados de producción de contenido.
Frente a este panorama, la organización ha intensificado sus esfuerzos. En 2024, logró la liberación de periodistas encarcelados en países como Reino Unido, Burundi, Guatemala y República Democrática del Congo. También puso en marcha el Propaganda Monitor, una plataforma para exponer la desinformación geopolítica, y abrió un Centro de Libertad de Prensa en Beirut para apoyar a los periodistas que cubren la guerra en Gaza.
De cara a 2025, RSF advierte que el periodismo medioambiental será uno de los focos de represión, con crecientes ataques a reporteros que investigan temas climáticos. Además, la organización seguirá priorizando la protección de periodistas exiliados y desplazados, cuya cifra se ha disparado en los últimos años.
A sus 40 años, RSF se enfrenta a un desafío crucial: reconstruir un ecosistema informativo libre y fiable en un mundo cada vez más hostil hacia la prensa. «No se trata solo de salvar a los periodistas, sino de garantizar el derecho de toda la ciudadanía a una información veraz e independiente», concluye el informe.