Dan Gillmor, autor de We Media y profesor en la Escuela de Periodismo Walter Cronkite de la Universidad Estatal de Arizona, ha hecho un llamamiento urgente a los periodistas para que se conviertan en activistas de la libertad de expresión y la democracia.
En un artículo reciente, Gillmor subraya la importancia crítica del periodismo en estos tiempos peligrosos para la democracia. «Queridos periodistas: Este es su momento», comienza el texto, enfatizando que los profesionales de la información tienen la oportunidad, quizás la última, de defender la realidad y la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión, al igual que figuras históricas del periodismo como Ida B. Wells y Edward R. Murrow lo hicieron en su tiempo.
Gillmor argumenta que los periodistas deben abandonar las fórmulas periodísticas tradicionales que los han hecho ineficaces y adoptar una postura más activa para salvar la democracia. «Este es su momento para ayudar a América a regresar del borde del abismo, de vuelta a un camino hacia una unión más perfecta», escribe. Este llamamiento se produce tras una reciente decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que Gillmor describe como un movimiento peligroso que podría allanar el camino para que los presidentes se conviertan en dictadores.
El periodista critica la tibia respuesta del Washington Post a esta decisión, calificándola de «asombrosamente ineficaz». Según Gillmor, el Post reconoció la gravedad de la situación pero minimizó su impacto al afirmar que «esto no es el fin de la democracia». Gillmor considera esta actitud como un grave error, destacando que cada día las probabilidades de que «todo esté bien» son cada vez menores.
La amenaza a la democracia
El fracaso del periodismo en su papel vital de proteger la democracia es una de las razones principales de esta crisis. Gillmor insta a los periodistas a declarar su independencia de las prácticas tradicionales que sirven a las fuerzas de la mentira, la injusticia y, en última instancia, la dictadura. «Por favor, periodistas, declaren la independencia de los negocios como de costumbre», ruega. «Sean activistas en la protección de la democracia y, por extensión, de la libertad de expresión. Los derechos fundamentales de todos están en juego».
El artículo también critica la visión utópica del periodismo como un transmisor neutral de información imparcial. Gillmor argumenta que este enfoque ha degenerado en una caricatura que confunde y engaña al público. «Demasiado del periodismo político actual es un desastre tóxico», escribe, señalando prácticas como presentar «ambos lados» cuando uno está flagrantemente mintiendo, normalizar el extremismo y perseguir trivialidades mientras se ignoran los temas importantes.
Sin embargo, Gillmor reconoce que no todo el periodismo político es terrible y que hay ejemplos brillantes de trabajo en varios lugares. «Creo que la mayoría de los verdaderos periodistas saben que han tomado un camino peligrosamente incorrecto. Quieren hacer lo correcto, si sus jefes se lo permiten», dice.
La necesidad de un periodismo activista
Gillmor concluye su llamamiento instando a los periodistas a utilizar sus plataformas para alzar la voz de manera persistente y urgente. «Puede suceder que mis amigos periodistas se sientan profundamente incómodos al pensar en sí mismos como activistas. Pero si no usan sus plataformas para elevar la alarma, estamos en problemas profundos», advierte. Aunque reconoce que el riesgo persistirá, cree que al menos el periodismo habrá intentado cumplir con su deber.
Dan Gillmor, periodista, escritor y profesor, es considerado el padre del periodismo ciudadano. Tras dejar el San Jose Mercury News en 2005, donde introdujo el primer blog de un periodista en un medio tradicional, promovió el periodismo participativo.
Dirige el Knight Center for Digital Media Entrepreneurship y aboga por medios que interactúen con sus audiencias, enfatizando la importancia de la colaboración ciudadana y la alfabetización digital. Es autor de «We the Media» y «Mediactive»,