La Inteligencia Artificial (IA) está permeando cada aspecto de nuestra vida cotidiana, remodelando desde la forma en que consumimos entretenimiento hasta las estrategias detrás de la contratación laboral. No obstante, es en el periodismo donde la IA promete una revolución aún más profunda, cuestionando los cimientos mismos de la práctica profesional y ética.
El profesor José A. García Avilés ha creado una interesante matriz de análisis que desgrana los atributos de la inteligencia y estupidez tanto humana como artificial, para tratar de arrojar luz sobre cómo la IA está transformando el periodismo de forma más disruptiva de lo que podamos imaginar
Con una clasificación que divide en cuadrantes las acciones y características de la inteligencia y estupidez humana y artificial, Avilés proporciona un marco para evaluar las repercusiones actuales y futuras de la IA en la producción de noticias.
En el cuadrante de la “estupidez humana”, Avilés destaca cómo sesgos, banalidad y partidismo han mermado la calidad informativa, una realidad lamentable en muchas redacciones actuales.
Frente a esto, la “estupidez artificial” señala las falencias de la IA, como la generación de spam o la creación de cámaras de eco, que, lejos de enriquecer el debate público, lo empobrecen con desinformación y polarización.
Sin embargo, la matriz no solo identifica problemas, sino que también ilumina caminos a seguir. En el cuadrante de la “inteligencia artificial”, Avilés nos recuerda las potencialidades de esta tecnología para procesar datos a una escala y velocidad inimaginables para el ser humano, personalizar contenidos y optimizar tareas repetitivas, liberando así a los periodistas para concentrarse en labores de mayor valor añadido.
Pero es, quizás, en el cuadrante de la “inteligencia humana” donde el informe encuentra su mensaje más esperanzador. Aquí, Avilés argumenta que la esencia del periodismo —la investigación profunda, la creatividad, la conexión emocional con la audiencia— no solo sobrevivirá sino que se valorará aún más en un entorno inundado por la IA.
El futuro del periodismo, sostiene, radica en potenciar aquellas capacidades intrínsecamente humanas que ninguna máquina puede replicar.
Con un enfoque que equilibra crítica y optimismo, el informe de Avilés invita a una reflexión profunda sobre el rol de la ética, la responsabilidad y la creatividad en el periodismo del futuro.
