
Un estudio de IN/LAB, realizado con la colaboración de Yle (Finlandia) y The Daily Maverick (Sudáfrica), pone de relieve que las diferencias generacionales en la forma de percibir y valorar la diversidad de perspectivas en las noticias ya reflejan cambios profundos en la relación con la información y la confianza en los medios.
Mientras que los jóvenes de entre 18 y 25 años consideran fundamental la exposición a una pluralidad de voces para obtener una visión matizada de la realidad, los adultos de entre 50 y 65 años muestran mayor cautela, temiendo que la multiplicidad de enfoques pueda diluir la claridad de los hechos.
Para los jóvenes, esta diversidad se compone de una multiplicidad de visiones moldeadas por experiencias personales, mientras que los adultos mayores tienden a verla en términos binarios, especialmente en el ámbito político, donde la confrontación de ideologías opuestas es el principal punto de referencia.
Ambos grupos coinciden en que las perspectivas diversas son cruciales para la comprensión del mundo, pero con matices. Para los jóvenes, la exposición a distintos puntos de vista es clave para desentrañar la complejidad de la realidad, estimular el pensamiento crítico y fomentar la empatía. Por el contrario, los adultos mayores temen que la proliferación de visiones pueda generar confusión y dificultar la identificación de los hechos objetivos.
El informe destaca que los jóvenes no solo valoran la pluralidad informativa, sino que la consideran un elemento esencial para el crecimiento personal y la equidad social. Desde su perspectiva, el acceso a una variedad de enfoques ayuda a desarrollar una mentalidad abierta y a reducir la polarización social. En este sentido, esperan que el periodismo no se limite a transmitir información, sino que juegue un papel activo en la construcción de puentes entre comunidades con puntos de vista distintos.
Los hábitos de consumo mediático también varían significativamente entre generaciones. Mientras que los adultos mayores prefieren mantenerse informados a través de unos pocos medios de comunicación en los que confían, los jóvenes adoptan un enfoque más amplio y activo, combinando fuentes tradicionales con redes sociales y conversaciones personales. Para ellos, la exposición a distintos canales es una forma de evitar sesgos y ampliar su visión del mundo.
Otro punto de fricción entre ambos grupos es la manera en que perciben la imparcialidad de los medios. Los jóvenes valoran que los medios expliquen abiertamente sus criterios editoriales y que justifiquen por qué incluyen o excluyen ciertas perspectivas en sus informaciones. Para ellos, esta transparencia es una señal de credibilidad y una garantía de que los medios están dispuestos a cuestionar sus propios sesgos.
En contraste, los adultos mayores se muestran más escépticos ante este enfoque, ya que consideran que el intento de integrar una gran variedad de voces puede dar lugar a la pérdida de rigor o a la propagación de discursos desinformativos.
Recomendaciones para los medios de comunicación
Ante estos desafíos, el informe propone una serie de recomendaciones para los medios de comunicación que buscan mantener la confianza de los lectores de distintas generaciones:
- Historias con múltiples capas: es crucial producir reportajes que presenten un abanico amplio de perspectivas, incluyendo experiencias personales y contextos diversos. Esto responde a la preferencia de los jóvenes por narrativas complejas y matizadas.
- Conexión con lo local: colaborar con comunidades y expertos locales para priorizar las perspectivas más relevantes en cada contexto puede mejorar la confianza y la utilidad del contenido periodístico.
- Periodismo como crecimiento personal: destacar historias que desafíen las creencias establecidas y que den voz a sectores tradicionalmente marginados puede atraer a los jóvenes, quienes ven la información como una herramienta para expandir su comprensión del mundo.
- Facilitar la navegación en el ecosistema informativo: los medios deben posicionarse como referentes de credibilidad en un entorno saturado de información. En este sentido, colaborar con figuras públicas influyentes puede ser una estrategia efectiva para llegar a las audiencias más jóvenes, aunque conlleva el riesgo de que se perciba como una alineación con ciertos intereses.
- Mayor transparencia y conciencia del sesgo: explicar de manera clara por qué se han tomado determinadas decisiones editoriales y crear mecanismos de retroalimentación con la audiencia pueden fortalecer la confianza en el medio.
El desafío del periodismo como mediador social
Uno de los puntos más debatidos en el estudio es si los medios deben asumir un rol activo en la mediación entre perspectivas enfrentadas. Mientras que los jóvenes esperan que el periodismo sirva como un puente para reducir la polarización, este enfoque también conlleva riesgos. La percepción de parcialidad o la pérdida de credibilidad podrían ser efectos colaterales si no se gestiona con equilibrio.