OpenAI, la entidad propietaria de modelos de lenguaje avanzados como ChatGPT, afronta múltiples demandas por supuestas violaciones de derechos de autor, incluyendo una interpuesta por The New York Times. Sin embargo, las primeras demandas que han sido abordadas por los tribunales estadounidenses están siendo desestimadas.
Una corte federal de California acaba de desestimar las reclamaciones de infracción vicaria de derechos de autor y violación de la DMCA presentadas en contra de OpenAI por parte de varios autores, incluidos escritores y comediantes, entre ellos Paul Tremblay y Sarah Silverman.
La acusación se centra en que sus libros fueron utilizados para entrenar los modelos de lenguaje de la inteligencia artificial ChatGPT sin autorización. Los autores, que poseen los derechos de autor registrados de sus obras, alegaron que OpenAI infringió directamente sus derechos de autor y cometió infracción vicaria, entre otras reclamaciones.
Sin embargo, la corte falló que las producciones generadas por los modelos de IA de OpenAI no pueden considerarse como obras derivadas de manera automática, y que las acusaciones deben ser más específicas para proceder.
Los autores basaron parte de su argumentación en el uso del controversial conjunto de datos Books3, creado por el investigador de IA Shawn Presser en 2020 a partir de libros obtenidos de sitios de piratería, como Bibliotik.
Los argumentos de OpenAI
En su defensa, OpenAI no negó directamente estas alegaciones pero argumentó que el uso de libros para entrenar IA no constituye una infracción vicaria de derechos de autor ni una violación de la DMCA. La corte, tras evaluar los argumentos de ambas partes, se inclinó en gran medida a favor de OpenAI, aunque el litigio aún no ha concluido.
Estas son las principales argumentaciones que incluye la respuesta de los tribunales:
- Infracción Vicaria de Derechos de Autor (Count II): La demanda por infracción vicaria de derechos de autor fue desestimada con la posibilidad de enmendarla, ya que los demandantes no pudieron demostrar que las salidas del modelo de lenguaje de OpenAI eran obras derivadas que infringían los trabajos originales.
- Violación del DMCA (Count III): La corte también desestimó las reclamaciones basadas en la Sección 1202(b) del DMCA que se centran en la eliminación o alteración de la información de gestión de derechos de autor (CMI), ya que los demandantes no probaron que OpenAI eliminó intencionadamente dicha información ni que las acciones tenían como objetivo inducir, habilitar, facilitar o ocultar una infracción.
- Competencia Desleal (Count IV): El tribunal desestimó las reclamaciones basadas en prácticas comerciales «ilegales» y «fraudulentas» bajo la Ley de Competencia Desleal de California, debido a la falta de pruebas de daño económico o de actuación fraudulenta. Sin embargo, permitió que la reclamación basada en prácticas «injustas» procediera.
- Negligencia (Count V): La corte desestimó la reclamación de negligencia porque los demandantes no establecieron que OpenAI tenía un deber legal de cuidar los libros y no hubo evidencia de una relación especial que impusiera tal deber.
- Enriquecimiento Injusto (Count VI): La corte desestimó la reclamación por enriquecimiento injusto porque los demandantes no demostraron que OpenAI se benefició injustamente de sus obras a través de fraude, error, coerción o solicitud.
El tribunal estableció que los demandantes pueden presentar una queja enmendada para corregir las deficiencias de sus reclamaciones desestimadas, y no se permite agregar más partes o reclamaciones sin el permiso del tribunal o el acuerdo de OpenAI. Además, el tribunal decidió consolidar este caso con otros dos casos similares y emitió una orden separada para la consolidación.
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