El Instituto Nacional del Audiovisual (INA) de Francia ha presentado un informe titulado «El futuro de la información en 2050», en el que explora tres escenarios potenciales para el panorama informativo en las próximas décadas.
El documento, resultado de cuarenta entrevistas con expertos de diversos campos —desde periodistas y directivos de medios hasta especialistas en prospectiva, investigadores y autores de ciencia ficción—, busca anticipar los desafíos y oportunidades que enfrentarán la industria y la sociedad en general.
Los escenarios se basan en el impacto de cinco grandes transformaciones: tecnológica, económica, política, social y ecológica. A continuación, se detallan las tres visiones propuestas:
[Escenario optimista]. El milagro informativo: un renacimiento de la confianza y la calidad
En este escenario optimista, la información vive una nueva edad de oro en 2050. Los ciudadanos han recuperado la confianza en los medios y participan activamente en el financiamiento de la producción informativa, considerándolo una responsabilidad cívica. La inteligencia artificial (IA) ha automatizado gran parte de las tareas técnicas del periodismo, permitiendo a los profesionales centrarse en la investigación, el análisis y la educación mediática.
- Financiamiento sostenible: la publicidad ha dejado de ser la principal fuente de ingresos debido a la conciencia ecológica y la preocupación por la privacidad. En su lugar, los medios se sustentan en aportaciones directas de los consumidores y en retribuciones de las grandes empresas tecnológicas a través de derechos y licencias.
- Regulación efectiva: las autoridades públicas han implementado políticas para garantizar la independencia, calidad y pluralidad informativa. Se han establecido salvaguardas a nivel nacional y europeo para controlar a las grandes corporaciones tecnológicas.
- Innovación periodística: los medios han diversificado sus propuestas financieras, ofreciendo opciones como donaciones, pagos por contenido, suscripciones personalizadas y servicios digitales integrados.
[Escenario pesimista]. La información licuada: el caos informativo y el desinterés ciudadano
Este escenario pesimista dibuja un panorama donde la información ha perdido su valor y credibilidad, llevando a los ciudadanos a desconectarse por completo.
- Dominio de las grandes tecnológicas: a finales de la década actual, los gigantes digitales monopolizan el mercado publicitario. Muchos medios tradicionales quiebran o son absorbidos, convirtiéndose en meros proveedores de datos para estas corporaciones.
- Proliferación de desinformación: la combinación de redes sociales y avances en IA generativa ha creado una industria del engaño sin precedentes. La distinción entre verdad y falsedad se ha vuelto imposible.
- Abandono de la información: agobiados por la sobrecarga informativa y la dificultad para verificar datos, los ciudadanos optan por evitar la información. Los periodistas pierden su rol y responsabilidad social.
- Desmantelamiento de los medios públicos: bajo presiones financieras y políticas, los servicios informativos públicos son privatizados o eliminados. La regulación estatal es insuficiente frente al poder de las corporaciones tecnológicas.
- Segmentación elitista: solo unos pocos medios independientes sobreviven, dirigidos a una élite dispuesta a pagar altos precios por información. La brecha informativa se amplía, reflejada incluso en los asistentes personales que definen el estatus social.
[Escenario intermedio]. La información fragmentada: diversidad sin cohesión
En este escenario intermedio, la información en 2050 es variada pero está profundamente fragmentada, lo que dificulta la existencia de una narrativa común.
- Limitaciones tecnológicas y ecológicas: la IA no ha cumplido todas sus promesas en términos de veracidad, y se han impuesto restricciones en el número de dispositivos por hogar para reducir emisiones y abordar preocupaciones de salud pública.
- Saturación informativa: aunque la cantidad de contenidos disponibles es inmensa gracias a la IA, la naturaleza de esta información es indistinguible y la población se ha adaptado a esta realidad.
- Desaparición de medios generalistas: los grandes medios que antes unificaban a la audiencia han desaparecido o se han fusionado, afectados por la competencia de múltiples actores y la disminución de ingresos publicitarios y ayudas públicas.
- Segmentación de la audiencia: la demanda se orienta hacia una «información confortable», que no desafíe las creencias ni el bienestar personal. Mientras los jóvenes buscan información fiable y objetiva, los adultos prefieren contenidos que refuercen sus valores.
- Implicaciones democráticas: la fragmentación dificulta el funcionamiento democrático al no existir acuerdos sobre los temas prioritarios a tratar. Las empresas privadas intentan paliar esta situación ofreciendo suscripciones informativas a sus empleados para fomentar una base común de conocimiento.
Reflexiones finales
El informe del INA busca alertar sobre los riesgos críticos y las oportunidades emergentes en el ámbito informativo.
Los tres escenarios, aunque hipotéticos, invitan a reflexionar sobre el papel de los medios, las tecnologías emergentes y la responsabilidad tanto de los profesionales como de los ciudadanos en la construcción del ecosistema informativo del futuro.
Estos futuros posibles plantean interrogantes sobre cómo garantizar una información de calidad, preservar la independencia periodística y fomentar la participación activa de la sociedad en un contexto de rápidos cambios tecnológicos y sociales.
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