La adopción de tecnologías de inteligencia artificial por parte de las empresas de medios se ha acelerado en los primeros meses de 2025. A medida que la generación automática de contenidos, los asistentes de voz y los chatbots se generalizan, crecen también las dudas sobre el impacto que estas herramientas pueden tener sobre la calidad de la información, la transparencia editorial y la relación con las audiencias. Las compañías periodísticas se enfrentan a un doble reto: no perder competitividad en un entorno cambiante y, al mismo tiempo, preservar los principios que sustentan su credibilidad.
Precisamente, Damian Radcliffe, profesor en la Universidad de Oregón, en un artículo publicado en Digital Content Next (una asociación que agrupa a medios digitales de referencia y promueve estándares de calidad, innovación y confianza en el ecosistema de contenidos online), aborda este tema y detalla cuatro tendencias clave vinculadas al uso de la inteligencia artificial en los medios, con sus implicaciones estratégicas.
1. La inteligencia artificial conversacional gana espacio en la relación con las audiencias
Los formatos conversacionales impulsados por IA, tanto en texto como en audio, están transformando el consumo de contenidos. Según el Instituto Reuters, la conversión de textos en audios es la principal prioridad en el uso de IA con enfoque hacia el público. Empresas como ElevenLabs, que trabajan con medios como Time, sostienen que esta transición no responde solo a la comodidad del usuario, sino a una evolución del consumo informativo. En The Washington Post, las escuchas diarias se duplicaron en seis meses.
También proliferan los chatbots, aunque se detectan problemas como la falta de atribución de fuentes y la extracción de información de sitios que han bloqueado rastreadores. En paralelo, surgen iniciativas como la del diario The Straits Times de Singapur, que ha lanzado un bot que responde preguntas sobre carrera profesional basándose en una base de datos de 5.000 artículos. Empresas como Tars ya comercializan soluciones específicas para medios, permitiendo interacción directa con los contenidos.
Algunos grandes grupos han cerrado acuerdos con empresas tecnológicas para que sus noticias alimenten estos sistemas. Meta ha recurrido a Reuters para nutrir su asistente conversacional y la agencia AP ha llegado a un acuerdo similar con Google.
2. El contenido a gran escala reaparece impulsado por IA
Aunque el uso de IA para generar contenido no es nuevo, ahora permite escalar de manera exponencial. El caso del medio local estadounidense Patch, que ha pasado de cubrir 1.100 comunidades a más de 30.000 gracias a boletines generados con IA, lo ejemplifica. A pesar de contar con plantilla, este modelo ha reabierto el debate sobre la calidad de los contenidos producidos en masa.
Otro ejemplo llamativo es el de una empresa que, según Nieman Lab, publica boletines en 355 localidades siendo gestionada aparentemente por una sola persona. También Il Foglio, en Italia, publicó una edición íntegramente producida por IA sin citar a ninguna fuente humana. Mientras, AP lleva más de una década automatizando notas financieras, y Gannett en Boston utiliza la herramienta Espresso para redactar textos a partir de comunicados. The New York Times, por su parte, estudia aplicaciones para SEO, titulares y redes sociales.
Estas prácticas permiten ganar en velocidad, pero plantean dudas sobre la autenticidad, la creatividad y el valor diferencial del periodismo.
3. IA como herramienta de accesibilidad e inclusión
Más allá de la eficiencia, la inteligencia artificial puede abrir nuevas vías de accesibilidad. Desde traducciones automáticas hasta subtítulos generados en directo para emisiones, o la generación de descripciones alternativas para personas con discapacidad visual, el potencial de estas tecnologías va más allá de lo funcional.
En Austria, la agencia APA desarrolla un sistema para crear descripciones textuales de infografías. En India, Newslaundry ha observado que sus esfuerzos en accesibilidad, apoyados en IA, han atraído nuevos suscriptores. Esto revela que la inclusión no solo es una cuestión ética o normativa, sino que también puede tener un retorno económico.
4. Confianza y transparencia: los retos de fondo
A medida que la IA se integra en la creación de contenidos, crecen las exigencias de transparencia. El Center for News, Technology & Innovation señala que, aunque el público tiende a ver con buenos ojos el uso profesional de la tecnología por parte de los periodistas, también existen recelos. Muchas veces, la percepción de la IA depende del conocimiento personal de estas herramientas.
Los medios deben explicar claramente cuándo y cómo se ha utilizado inteligencia artificial, especialmente si interviene en la producción de noticias. La ausencia de explicaciones puede erosionar aún más la confianza, ya de por sí baja en muchos contextos informativos.
