El informe ayuda a entender qué contenidos y experiencia de usuario quieren los jóvenes

RESUMEN EJECUTIVO

 

I. INTRODUCCIÓN

El presente estudio trata de arrojar luz sobre las características de la desinformación en España, con un especial énfasis en la detección de públicos vulnerables y la consiguiente formulación de acciones cuya implantación pueda ayudar a combatir los efectos del fenómeno de manera eficaz.

En aras de que los datos obtenidos en la investigación puedan aportar un respaldo sistemático y fiable a las acciones propuestas para combatir el fenómeno de la desinformación, se ha proyectado un diseño de la investigación que abordase el problema desde metodologías complementarias y que tuviera una cobertura suficientemente amplia, tanto temporal como en términos de cantidad de sujetos estudiados.

 

II. ESTADO DE LA CUESTIÓN

El repaso de la literatura que ha precedido a esta investigación ha tratado de construir un marco teórico que ayude en primer lugar, a contextualizar históricamente el fenómeno de la desinformación y, secundariamente, a discernir las distintas variantes que pueden presentarse dentro de este mismo fenómeno. La revisión bibliográfica ha tenido, además, una función orientadora para la metodología propuesta.

Se presentó así, una primera reflexión sobre el concepto clásico de información pública para contextualizar, seguidamente, el de desinformación. Del mismo modo, dado que las hipótesis planteadas apuntaban variables con las que vincular (o no, en función de los datos obtenidos) la desinformación, el estado de la cuestión ha profundizado también en la explicación conceptual de otras variables como edad, nivel de estudios, situación socioeconómica, etc.). Se mencionaron, por último, y aún dentro de este apartado, investigaciones relevantes que se habían realizado con la desinformación como objeto de estudio de manera previa.

 

III. METODOLOGÍA Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN

El diseño metodológico del proyecto inicial giraba en torno a la variable independiente del consumo de contenidos y triangulaba metodológicamente entre técnicas cuantitativas (encuestas) y cualitativas (grupos de discusión) para incrementar la confiabilidad de los resultados obtenidos al abordar el fenómeno estudiándolo desde diferentes perspectivas. Se entendía, por tanto, que los resultados obtenidos a través de las dos técnicas no solo se complementarían, sino que, en el caso de conducir a conclusiones similares, éstas tendrían un sustento más fuerte al estar abordadas desde dos ángulos metodológicos diferentes.”

Una vez el panel de expertos seleccionado por Facebook y la Fundación Luca de Tena eligió nuestra propuesta, se mantuvo la idea de triangular metodológicamente entre técnicas cuantitativas y cualitativas, pero se optó por sustituir los grupos de discusión por una herramienta, Sensors, personalizada por la empresa contratada para realizar el trabajo de campo. Este cambio nos ha permitido convertir los grupos de discusión originales en una comunidad en la que estuvieran representados los mismos sectores que se querían investigar (en función de edad, nivel de estudios y posición socioeconómica); pero que comportaba dos ventajas añadidas: por un lado, la observación del comportamiento de  los sujetos investigados se ha ampliado de las dos horas inicialmente concebidas para cada grupo de discusión a los dos meses de la comunidad virtual en la que los participantes interactuaban a través de Sensors y, por el otro, al virtualizar la interfaz en la que se produjeron sus respuestas, hemos podido recrear con mayor precisión un entorno en el que la desinformación, a la luz de la literatura revisada, tiende a producirse con mayor frecuencia.

El estudio cualitativo se ha complementado, como estaba previsto desde un primer momento, con encuestas sobre todo el territorio español con un procedimiento aleatorio estratificado con afijación proporcional. Los estratos se han definido en función del nivel de estudios cruzado con la edad y el sexo. De esta forma, se han realizado 4.351 encuestas sobre la población objeto de estudio, con un nivel de confianza del 95,5%. En las condiciones habituales de muestreo con p=q=50%, el margen de error para el total de la muestra es, con estos parámetros, de ±1,48%. La encuesta ha tenido un carácter cuasi-experimental, ya que se expuso a los sujetos sobre los que se realizó el estudio a diferentes estímulos para comprobar su reacción al respecto.

 

IV. RESULTADOS

  1. Resultados relativos a los perfiles de vulnerabilidad
  • Vulnerabilidad (general): El hallazgo más importante de este estudio es que más de la mitad de los españoles presentan un grado relevante de vulnerabilidad ante la desinformación.
  • Vulnerabilidad (por edad I): Los jóvenes son el grupo de edad más vulnerable a la desinformación según los datos del estudio cuantitativo. En cambio, desde un punto de vista cualitativo, hay mayor vulnerabilidad entre los más jóvenes y los mayores
  • Vulnerabilidad (por edad II): El estudio cualitativo apuntala estos datos y señala que el colectivo de adolescentes es notablemente vulnerable a la desinformación, precisamente por su falta de edad (inseguridad) y por su sobreexposición a estímulos informativos de todo tipo en distintos canales.
  • Vulnerabilidad (por nivel económico I): Una posición económica más favorable disminuye la vulnerabilidad a la desinformación.
  • Vulnerabilidad (por nivel económico II): Los desempleados y los inactivos son los que registran un mayor nivel de vulnerabilidad. Por el contrario, los jubilados son los menos vulnerables.
  • Vulnerabilidad (por nivel de estudios): El nivel de estudios no es una variable determinante en la vulnerabilidad a la desinformación; aunque, de manera muy leve, sí se observa que, a menor nivel de estudios existe un grado ligeramente superior de vulnerabilidad hacia la desinformación.
  • Vulnerabilidad (por sexo): El estudio arroja que las diferencias en cuanto a la vulnerabilidad por sexo no son significativas; aunque, de manera muy leve, las mujeres son algo más vulnerables a la desinformación.
  • Disonancia cognitiva: Se es más propenso a aceptar información que compagina con la creencia internamente mantenida.
  • Vulnerabilidad (por hábitos de consumo): Los encuestados que pasan más de tres horas diarias en Internet tienen mayor grado de vulnerabilidad a la desinformación.

2. Resultados relativos a mensajes y soportes

  • Influencia del soporte: La trayectoria / reputación de un medio es un aval para hacer más creíbles las informaciones.
  • Valor prescriptivo (I): La mayor o menor credibilidad de una noticia es un fenómeno multivariante, en la que destaca como factor más relevante la vía por la que se descubre la noticia.
  • Valor prescriptivo (II): Los datos obtenidos por el estudio cualitativo señalan que, cuando el contenido de la información llega a través de familiares, amigos o referentes para uno mismo, los participantes consideran fiable y creíble dicha información.
  • Ideología (del contenido): Se da más credibilidad a los medios con línea editorial más moderada que aquellos que se sitúan en los extremos.

 

V. PROPUESTA DE SOLUCIONES CONTRA EL IMPACTO DE LA DESINFORMACIÓN

Sobre la base de los resultados obtenidos, y de acuerdo con las líneas generales de intervención descritas en el informe del grupo de expertos de alto nivel de la Comisión Europea (2018b) sobre desinformación el estudio propone medidas transversales de lucha contra la desinformación articuladas en torno a tres ejes fundamentales:

 

  1. Medidas encaminadas a garantizar una mayor transparencia del ecosistema digital online.

Se proponen cinco campos principales dentro de este bloque de acción:

I. Promover el reconocimiento expreso de quién está detrás del emisor de la información (identidad real del emisor).

II. Habilitar herramientas que permitan a los usuarios identificar en todo momento y de manera exhaustiva el contenido desinformativo patronizado.

III. Controlar si la aparente popularidad de un mensaje es auténtica o resultado de amplificación artificial a través de pagos a influencers humanos, trolls o uso de bots para promocionar un cierto mensaje.

IV. Diseñar mecanismos de cooperación eficientes entre todos los actores implicados para la identificación y difusión de la desinformación; especialmente aquella de largo recorrido, en la que no se corre el riesgo de difundir contenidos de escaso impacto.

V. Relacionado con lo anterior, y reverberando algunas de las preocupaciones puestas de manifiesto en el marco teórico, es preciso trabajar no solamente en la detección de los contenidos desinformadores; sino también en el formato en el que se presentan estos datos de verificación para favorecer que su impacto sea el deseado.

 

2. Acciones para promover una mayor responsabilidad de los actores tecnológicos.

Estudios referenciados en la parte introductoria de nuestro estudio demuestran que la tecnología tiene el potencial de acabar en un porcentaje muy elevado con la difusión de la desinformación en Internet.

Las propuestas de este segundo apartado se articulan en torno a dos frentes de trabajo, uno en la academia y otro en la industria. Es evidente que las diversas plataformas de redes sociales, como negocios que son, tienen sus propias políticas para proporcionar el acceso a la información y, con ello, responsabilidades directas por acción o inacción. Sin poner en riesgo los derechos de propiedad intelectual sobre los algoritmos de explotación de datos, es importante plantearse un marco colaborativo entre industria de medios, plataformas de redes sociales e instituciones académicas para incrementar la transparencia en este aspecto a través de experimentos con las API y datasets de cada plataforma de red social en entornos de innovación abierta.

En lo referente al segundo eje, se propone articular este esfuerzo investigador en torno a dos actividades principales:

I. La promoción de becas para facilitar que investigadores especialistas en el campo de la desinformación trabajen a caballo entre los principales centros académicos nacionales e internacionales y las principales empresas tecnológicas para, así, tratar de construir soluciones sinérgicas fruto de la investigación independiente y del apoyo corporativo.

II. El establecimiento de un calendario de actividades nacionales e internacionales que supongan un lugar de encuentro en el que investigadores interesados en los efectos de la desinformación pongan en común los resultados de sus investigaciones y sus propuestas actualizadas para combatir la desinformación. La presente investigación, de hecho, ha proyectado concluirse definitivamente con la organización de un congreso de estas características; aunque sería deseable que tanto universidades como empresas tecnológicas sumaran esfuerzos para que estas actividades no dependieran de iniciativas puntuales y asistemáticas.

 

3. Acciones encaminadas a favorecer la promoción de la alfabetización mediática para fomentar el espíritu crítico de los receptores.

Se ha identificado también en el estudio un porcentaje de población vulnerable.

Por ello, y en el marco de las cinco leyes MIL de la UNESCO, se propone en última instancia aminorar estos porcentajes de vulnerabilidad con el desarrollo de políticas y estrategias decididas en alfabetización mediática e información (MIL) en el sistema educativo nacional como materia transversal, modular (MIL1, MIL2 y MIL3) y orientada al aprendizaje experiencial para los estudiantes desde edades tempranas.

 

Descargar estudio completo (Requiere registro)

 

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