El Instituto Reuters analizó cómo acceden las audiencias a la información sobre el COVID-19 en ocho países. Foto: Nathana Rebouças / Unsplash

Hace pocas semanas, el Instituto Reuters publicó su último informe que muestra cómo acceden las audiencias a la información sobre el COVID-19 mientras transitan el segundo año de la pandemia. Sus datos también reflejan cuáles son las fuentes y las plataformas en las que más confían, cuánta información errónea encuentran en los diversos canales donde circulan las noticias y hasta qué punto se los está ayudando a comprender el funcionamiento de las vacunas y los programas de vacunación. 

Argentina y Brasil fueron los dos países latinoamericanos incluidos en el estudio desarrollado durante abril de 2021. ¿En qué aspectos sus audiencias se comportan muy parecido? ¿Cuáles son las circunstancias que empujan a que en algunos casos sus hábitos de consumo se diferencien? ¿Cuál es el recorrido que comparten los consumidores de noticias de ambos países para conectar con la información pero que los diferencia de los otros seis países estudiados?

 

Desigual consumo de medios para informarse sobre el COVID-19  

El Instituto Reuters utilizó datos de encuestas hechas en ocho países: Argentina, Brasil, España, Reino Unido, Alemania, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. Las muestras en cada país se reunieron usando cuotas representativas a nivel nacional por edad, género y región. “Nuestro propósito es comprender cómo las personas acceden y califican las noticias e información sobre COVID-19 de diferentes fuentes”, dicen en el estudio. 

El reporte es un complemento del informe que se publicó en abril de 2020 y mostró cómo se informaba la gente en seis de los ocho países analizados este año, entre los que se encontraban Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, España, Argentina y Corea del Sur. 

Tras un año de pandemia e infodemia asociada, en casi todos los países las organizaciones de noticias son la fuente de información más utilizada por las personas para informarse sobre el coronavirus. “Si bien el alcance general ha disminuido en comparación con antes en la pandemia, el alcance de otras fuentes ha disminuido más”, aclaran en el reporte.

Este resultado ilustra el “importante papel” que desempeñan los medios para ayudar al público en general a mantenerse informado sobre la crisis del COVID-19 y cómo se maneja.

“No es una obviedad, porque en el informe del año pasado salió muchísimo más alto el porcentaje, por ejemplo, del gobierno, de los servicios de salud públicos, de los expertos y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como fuentes de información prevalentes entre la población”, indicó Eduardo Suárez, director de Comunicación del Instituto Reuters, durante su participación en un seminario que organizó Women In The News Network (WINN) para conocer en profundidad las novedades del estudio

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Esa tendencia se ve en Argentina, donde el 62 % de la población ubicó en primer lugar a las organizaciones de noticias como fuente principal para informarse sobre la enfermedad. 

“En este contexto de crisis sanitaria, los medios recuperaron cierto lugar. Esto tiene que ver con apelar al periodismo de calidad. Hubo un gran esfuerzo por parte de los medios para informar con seriedad, con rigurosidad, con chequeo de fuentes, desglosando un poco esa infomedia, que incluyó tanta información falsa”, consideró Silvia Fesquet, prosecretaria general de redacción de Clarín, quien también participó del encuentro virtual de WINN

En Brasil, en cambio, primero figuran los científicos, médicos y expertos en salud como las principales fuentes de información sobre la pandemia. Solo un 33 % de brasileños dijo que prefiere utilizar a los medios, ubicándolos en cuarto lugar, detrás de las organizaciones sanitarias mundiales y nacionales de salud. 

En Argentina y en Brasil, casi la mitad de los encuestados piensa que los medios han hecho un buen trabajo al explicar cómo funcionan las vacunas y cómo se vacunará a la población. Fuente Reuters Institute

 

Menos recurrencia a la información oficial y existencia de brecha informativa 

En ambos casos, igualmente, descendió mucho el porcentaje de personas que se están informando sobre lo que ocurre a través del gobierno. 

El otro patrón que se repite es que el alcance de los medios como fuente de información es algo menor entre los jóvenes y entre los segmentos menos educados de la población. 

En relación a la brecha informativa, Suárez dijo quees muy importante que los medios tengan al menos un ojo en esas audiencias y les ofrezcan información, incluso aunque tengan muros de pago”. 

Al mismo tiempo, a medida que se implementan más suscripciones digitales y más muros de pago, el directivo del Instituto Reuters cree que es clave que los países potencien la información pública de los medios estatales. “Es importante tener medios públicos de calidad y que no estén politizados”, subrayó e insistió: “Esa desigualdad existe. Tenemos que preocuparnos cada vez más por ella”. 

 

Los medios, una fuente confiable (pero no tanto)

Más allá de las fuentes y plataformas en las que las personas consultan para obtener noticias, para el Instituto Reuters fue importante mapear en qué fuentes confían, ya que “la confianza es uno de los factores que probablemente influirá en la información a la que las personas no solo accederán, sino que también prestarán atención y tal vez actuarán”.

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Por eso, a los encuestados se les consultó en qué medida confían en las fuentes que tienen a su disposición. “En los ocho países cubiertos, aproximadamente la mitad de los encuestados califica a las organizaciones de noticias como una fuente relativamente confiable de información sobre COVID-19”, cuentan en el informe. 

De ese modo, las organizaciones de noticias tanto en Argentina (48 %) como en Brasil (52 %) se posicionan en cuarto lugar, quedando bastante distanciados de aquellas fuentes que más confianza generan en las audiencias. Muy por encima, superando el 80 %, se encuentran los científicos, médicos y expertos en salud. Luego les siguen las organizaciones mundiales de salud y, en tercer lugar, los organismos sanitarios nacionales. 

Sin embargo, la confianza en los medios de comunicación supera a la de los gobiernos. El caso más llamativo es el de Argentina, que el año pasado, para la misma fecha -entre marzo y abril de 2020- el nivel de confianza que mantenía el gobierno era muy alto. A un año del inicio de la pandemia, solamente un 38 % de los argentinos confía en las autoridades gubernamentales. 

Fesquet llegó a la conclusión de que una serie de factores influyeron en la poca credibilidad que genera el gobierno argentino al momento de informar sobre la pandemia. “El gobierno arrancó la pandemia con un nivel de aprobación muy, muy alto. En ese momento, parecía que se manejaba con mucha seriedad el problema, los casos eran muy bajos en el país y había una especie de común acuerdo con las distintas fuerzas políticas. Pero todo eso se fue degradando en estos 14 meses que han pasado de una manera muy notable”, marcó. 

“La cuarentena más larga del mundo”, el escándalo del vacunatorio VIP y “la poca transparencia en la fallida negociación con Pfizer para conseguir vacunas” fueron, según Fesquet, los tres hechos más notables que hicieron cambiar la opinión de gran parte de la población. “No nos sorprende la verificación que hacen con el estudio de la caída brutal de la credibilidad del gobierno”, consideró. 

Por último, lo que es bastante unánime entre los países que están en el informe es la confianza bastante baja que suscitan los políticos en general. Se explica, en parte, por ser percibidos por una amplia mayoría de los encuestados como fuente de desinformación. 

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Los motores de búsqueda, más confiables que los medios 

Al hablar de confianza, es importante tener en cuenta la brecha que hay entre la confianza en lo que publican los medios y en la información que los ciudadanos ven en las plataformas digitales, como las redes, las apps de mensajería instantánea y los buscadores. 

“Cuando se promedia en los ocho países, la diferencia de confianza entre la información de las organizaciones de noticias y la información de las redes sociales es de 25 puntos porcentuales; entre los sitios de noticias y videos, 22 puntos porcentuales; y entre las aplicaciones de noticias y mensajería, 28 puntos porcentuales”, detallan en el informe. 

Para Suárez esto es una buena noticia: “Indica que las audiencias se fían muy poco de estos entornos, donde se mezcla la información de calidad con la información falsa”. 

La única excepción son los motores de búsqueda, con un especial interés en Argentina y en Brasil. En ambos países se confía más en los motores de búsqueda para obtener noticias e información sobre el coronavirus. 

En el gráfico se observa cómo un año después de la pandemia en Argentina las organizaciones de noticias se han vuelto más importantes para informarse sobre el COVID-19. En Brasil esa tendencia cambia. .

“Cuando entrás a Google, por ejemplo, la información que aparece en primer término es de un medio tradicional. ¿Hasta qué punto podemos separar los buscadores de lo que es información a través de los medios periodísticos?”, planteó Fesquet al ser consultada sobre cuáles son los motivos de ese llamativo resultado. 

Los medios explican mejor las vacunas que los gobiernos

Otra conclusión del informe es que poco más de la mitad de los encuestados dice que los medios les han ayudado a comprender la pandemia. En tanto, la mayoría dice que confían en su conocimiento de la eficacia de las vacunas, cómo funcionan y su seguridad. 

Respecto de las vacunas, Argentina y Brasil tienen algo en común: el sentir que los medios han ayudado a comprender cómo funcionan las vacunas y cómo será la campaña de vacunación está por encima de lo que piensan que sus respectivos gobiernos han hecho.

Eso es muy evidente en el caso de Brasil, donde apenas un 39 % de la gente encuestada piensa que el gobierno le ha ayudado a comprender cómo funcionan las vacunas. 

En cambio, hay un 60 % de los encuestados que piensa que los medios están consiguiendo explicar ese fenómeno de una manera mucho más eficaz. Lo mismo expresaron en el caso de la campaña de vacunación. 

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